La Heredera del Poder

Capítulo 195

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Capítulo 195

Yolanda no podia volver a su forma anterior, ¿cómo seguirá con sus transmisiones en

vivo?

¿Cómo podría conquistar a Sebastián si no?

[Anfitriona, no te preocupes, estoy buscando una manera de subir de nivel rápidamente.] Yolanda preguntó ansiosa: “¿Por qué has disminuido de nivel de repente?”

[Es posible que sea porque Gabriela te ganó.]

¡Gabriela!

¡Siempre Gabriela!

Yolanda se juró a sí misma que debía dejar una cicatriz en el rostro de Gabriela, para. que pagase un presangriento.

Al día siguiente, Gabriela y Natasha decidieron pasear por las calles de Ciudad Real, aprovechando para visitar un punto famoso entre los influenciadores digitales.

Al mediodía.

El cielo grisáceo comenzó a dejar caer copos de nieve.

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Gabriela, en su vida anterior nació en el sur y rara vez tuvo la oportunidad de ver la nieve.

Capital Nube, situada en una región ni muy al sur ni muy al norte, tenía unos inviernos fríos, pero casi nunca nevó en diez años.

Al ver la nieve, su emoción se desbordó.

Natasha también estaba emocionada y comenzó a dar vueltas en la nieve con Gabriela.

Eran como dos huskies jugando alegremente en la nieve.

Esa escena fue observada desde no muy lejos por dos ancianos de rostro amable y tranquilo que estaban bajo un árbol disfrutando del paisaje nevado.

El abuelo Victor sonrió al ver a Luis y le dijo, “Esos jóvenes seguramente nunca han visto la nieve, me recuerdan a mí mismo cuando era joven.”

Lamentablemente, su vida estaba llegando a su fin, y no podría ver más hermosos paisajes nevados.

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Con ese pensamiento, una sombra de melancolía cruzó su mirada.

Luís entrecerró los ojos y dijo, “¿No es esa la joven que ayudó a la gente en el avión el

otro día?”

Por otro lado.

Yolanda llegó en coche a la famosa Mansión Espléndida de Ciudad Real.

Apenas se bajó, fue detenida por el personal de seguridad del lugar, “¿Tiene pase de acceso?”

Yolanda sonrió levemente y respondió, “Vengo a ver al abuelo Victor, por favor permitpasar.”

La familia Díaz era una de las diez familias más prominentes de Ciudad Real, y su mansión se encontraba en la Mansión Espléndida.

“Un momento“, dijo el guardia de seguridad, examinando a Yolanda de arriba abajo, “Permitiré que verifiquen tu información.”

Yolanda apretó el puño con frustración.

Se sintió como un tigre caído en desgracia que es insultado por perros.

Si eso hubiera pasado antes, cuando aún era una famosa transmisora de Voz Maravillosa, seguramente habría sido recibida con alabanzas a donde fuera.

¡Qué camtan drástico!.

Sin su gloria y belleza anterior, jhasta un simple guardia de seguridad se atrevía a hacerle pasar un mal rato!

Pero en ese momento, solo podía contenerse.

Cuando llegue el momento de su resurgimiento, ¡se asegurará de que todos paguen un precio!

Yolanda continuó: “Joven, por favor dile al abuelo Victor que mi apellido es Muñoz. Tengo un remedio milagroso que puede curar al anciano, jes imperativo quepermita verlo! De lo contrario, seguramente e arrepentirá para siempre.”

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Curar al abuelo Víctor era el método rápido para subir de nivel en el sistema.

Yolanda había intercambiado su popularidad reciente como transmisora para obtener una pildora milagrosa.

Con solo tomar esa pildora, el abuelo Víctor recuperaría su salud rápidamente.

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Ya que la familia Diaz era la más destacada de Ciudad Real, al salvar al abuelo Victor no solo subiria de nivel rápidamente en el sistema, sino que también conseguiría un poderoso aliado para la familia Muñoz.

Yolanda estaba llena de confianza, con la píldora en mano.

El guardia de seguridad la miró y luego entró a hacer una llamada.

Al poco tiempo, el guardia regresó y dijo, “Puede pasar.”

¡La mansión de la familia Díaz era impresionante!

Yolanda se paró frente al imponente edificio, y una sonrisa de satisfacción se dibujó en sus labios al pensar que la residencia de Sebastián era aún más lujosa que ese lugar.

Una vez que el sistema se actualizara con éxito y la función de embellecimiento. estuviera de nuevo disponible, estaba segura de que Sebastián caería rendido a sus pies.

¡En ese momento!

Todo Ciudad Real sería su reino.

Al saber que Yolanda poseía el remecapaz de curar al abuelo Víctor, la familia Díaz la trataba con gran consideración. El hijo mayor del abuelo Víctor, Hernando Díaz, la recibió personalmente en la hacienda. “Srta. Muñoz, por favor, tasiento un momento, el abuelo salió a hacer unos encargos, pero debería volver enseguida.”

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