We will always try to update and open chapters as soon as possible every day. Thank you very much, readers, for always following the website!

!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 93
  • Background
    Font family
    Font size
    Line hieght
    Full frame
    No line breaks
  • Next Chapter

Capitulo 93

“Nari…” Kent parecia contenerse, besando mi cuello con su cabeza agachada.

Yo queria esquivarlo, pero no tenia dónde esconderme.

“Somos esposos…”

Era como siestuviera recordando nuestra relación de esposos, pero también como si se lo estuviera recordando a si mismo.

Sentia que estaba un poco loco, y con esa clase de locos, es dificil camblarles la idea; solo puedes infiltrarte

росо а росо,

“Duérmete, estás delirando por la fiebre…” Traté de convencerlo para que se durmiera, pero no me prestaba

atención.

Asitenia, sujetando mis manos, miránda los ojos.

“Nari…”

Decia mi nombre.

Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt

gustas.”

Dijo que le gustaba.

Estaba confesándose.

Mi corazón un vuelco: desde que renaci, solo habla pensado en el asesino, solo quería encontrar al asesino, solo queria vengade Renán y Yuria…

Con respecto a Kent, sentia más bien lástima, cautela y duda.

No iba a volver a enamorade nadie.

Además, Kent estaba confesándose a Ainara, no a mi, Nayra.

De hecho, sentia un poco de envidia por Ainara, por ser capaz de ocupar un lugar tan importante en el corazón de alguien tan ingenuamente enamorado.

“Está bien, ya lo sé.” Le dije en voz baja para calmarlo. “Dueya,estás haciendo dano.”

Kent seguia mirándome, negando con la cabeza. “Tú no sabes…”

Casidan ganas de reir. “De verdad que lo sé.”

“¿Desde cuando te gusto?” Mi curiosidad se despertó de repente, ¿cuándo habla empezado Kent a gustarle Ainara?

Si Kent algún día se enterara de que Ainara ya habla muerto, de que yo habla tomado su lugar, ¿se volveria loco? ¿Querria matarme?

“Desde los ocho años…” Kent respondió muy serio.

¿A los ocho años?

Ese amor de niños si que era especial.

“He querido a Nari por muchos años. Se recostó sobre ml, hundiéndose en mi cuello, su voz era apagada, como si confesara su amor con timidez…

Esa sensación, ¿qué diferencia habla con un perro grande y obediente que busca el calor del regazo de su

12:32

Capitulo 93

dueno? Peligroso, pero de alguna manera… reconfortante.

“Basta ya, vamos a dormir.”sentia muy confundida.

Pero él no queria dormirse, solo seguia pegado a mi.

“Estoy embarazada…” Le adverti, para que no se pasara de la raya.

“Ainara… no puedo aguantar.” Levantó la cabeza ymiró con esos ojos grandes y lastimeros, tan inocentes como los de un cachorro.

¿Este hombre realmente tendría una doble personalidad que cambiaba a voluntad? Esos ojos… dolian en el alma, aunque en las peleas en los callejones parecia un lobo sediento de sangre.

Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm

“No lo pienses, aunque te sientas mal, estoy en mis primeros meses de embarazo. Se lo adverti señalándolo, que no se atreviera a hacer nada inapropiado.

Se le enrojecieron los ojos, mirándcon una expresión de agravio, sin querer levantarse de encima de mi. Probablemente… ya había adivinado lo que quería hacer.

“¡Osvaldo!” Le llamé por su nombre entre dientes, mientras sentia cómoardian las orejas por la fricción.

Nohacía caso y seguía apretando mis dedos lentamente.

Todo mi cuerpo se tensó y aparté la mirada con el rostro encendido; en esos momentos no podia mirarlo a la cara, porque era demasiado deslumbrante.

La respiración sehacía cada vez más caliente y sentia las orejas ardiendo.

En mi vida anterior, cuando Renánhumillaba y torturaba, era solo para desahogarse, y yo no encontraba ningún placer ni expectativa en las relaciones de pareja.

Tener un hijo con Kent es puramente una cuestión de compromiso.

Con la cara roja, noatrevia a mirar a Kent, solo podia sentir el calor de sus dedos.

Parecía que también le importaba mucho el niño en mi vientre, aparte de pedique le ayudara con sus manos, no tenia demandas excesivas.

“¡Ya basta!” Estaba furiosa y avergonzada a la vez.

“Ainara… tengo calor.”abrazo por detrás ydijo en voz baja que tenía calor.

“Tienes fiebre, duérmete.” Lo calmé diciéndole que tenía fiebre: ¿quién más actuaría como él en ese momento, como si estuviera… en celo?

Pero al menos era una bestia que sabía contenerse y sufrir en silencio.

Kentabrazó y se quedó profundamente dormido.

Pero yo estaba despierta.

Mi mente estaba muy confundida, era un completo caos.