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Capítulo 595
“¡Lo siento!” expresó Elias con profundo remordimiento, incapaz de perdonarse a si
mismo. “Lo que sucedió con mi hermano tiene cierta relación conmigo… Si no hubiera
cedido ante Bianca y hubiera regresado, no habríamos llegado a este resultado“.
Violeta no dijo nada, tampoco lo culpó.
Incluso sin Flas, esa situación podría haber ocurrido si Bianca estaba decidida a hacerles
daño.
Violeta se dio la vuelta y continuó subiendo las escaleras, agarrándose del pasamanos con
cuidado en cada paso. “Blanca se suicidó.”
Al escuchar esa frase detrás de ella, no detuvo su paso ni un segundo.
Para Violeta, si Bianca estaba viva o muerta no le importaba, si no hubiera sido por la
policía que llegó ese día, el fuerte odio que sentia la habría llevado a estrangularla sin
duda.
Elias también se enteró al salir del cementerio, que Bianca, durante el funeral de Rafael,
había aprovechado un descuido del guardia y de la enfermera para tragar un clavo, y ya
había sido declarada muerta, su cuerpo había sido retirado,
“Aunque las cosas han llegado a este punto, no es lo que quería ver, Pero lo que hizo
Bianca es imperdonable, y en ese momento había recibido su merecido…” Después de
todo, fue alguien a quien amo por mucho tiempo, Elias sentia una gran tristeza y una
profunda sensación de impotencia. Mirando su silueta que se alejaba, dijo lentamente,
“Papá está aguantando solo con pura voluntad, Grupo Castillo no puede quedarse sin
lider, mañana iré a la empresa para seguir adelante con el legado de mi hermano!”
Cuando la figura de Violeta casi desaparecia arriba, se escuchó un suave, “Gracias por
todo.”
Costa de Rosa, era extremadamente fría en invierno, con ese frio directo y crudo.
Cuatro meses después, para Violeta, se sentia como si hubieran pasado cuatro años.
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtIncluso ahora que llevaba ropa holgada, no podia ocultar su figura, su vientre estaba
redondo y abultado como si llevara un balón de fútbol. El dia anterior habia ido a su
chequeo prenatal y el bebé estaba creciendo saludable y muy activo, con movimientos
frecuentes y rápidos.
Al abrir la cortina, vio que afuera nevaba sin parar.
Todo parecia envuelto en plata pura, reflejándose en la habitación. La predicción del
tiempo había anunciado nieve desde la madrugada y no habia cesado. Con los meses
avanzando, Violeta se sentia cada vez más somnolienta, y al despertar el suelo ya estaba
cubierto de una gruesa capa de nieve.
En el jardin, se veía a un pequeño gordito corriendo de un lado a otro en la nieve, como un
tamalito.
Violeta bajó las escaleras y Nono, que jugaba emocionado, también entró corriendo a la
villa, quitándose el gorro y los guantes, y corriendo hacia ella como un cachorrito,
“¡Mama!”
Ahora su vientre ya no le permitía agacharse fácilmente, cogió la mano de su hijo y se
sentó en el sofá, calentando su carita y su nariz con la palma de su mano, “¿Estás frio? Tu
naricita está tan roja, toma, bebe esta leche caliente primero!”
“¡Si!” Nono asintió obediente.
Tomó la taza de leche y la bebió rápidamente, luego se limpió la boca, “Qué rico, ¡quiero
otra taza!”
Violeta no pudo evitar sonreir y le pasó la taza vacia a Lucía, quien estaba detrás de ella y
fue a servir más.
“Mamá, ¿mi hermanita está siendo buena hoy?” Nono preguntó de repente,
Violeta sonrió y le puso su manita en su vientre, “Muy tranquila, toca y verás!”
Cada vez que Nono tocaba, éu expresión era muy vivaz, y después de tocat se pegaba la
manita en su rostro.
Violeta sonreia al ver sus pequeños gestos y luego escuchó una pregunta inesperada,
“Mamá, ¿cuándo volverá papá?”
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“El volverá!” Ella se sobresaltó y respondió lentamente.
Nono frunció el ceño con preocupación, con una voz suave y melosa llena de
preocupación, “Pero la tia Silvia dijo que la hermanita nacerá en menos de un mes, si no
regresa pronto, ¿no se perderá su nacimiento?”
Violeta forzó una sonrisa, “Cariño, no te preocupes, tu papá seguramente regresará.”
Esta frase, durante cuatro meses, fue lo que más repitió.
Cada vez que Nono le preguntaba cuando volveria Rafael de su viaje de trabajo, ella
siempre le decía lo mismo con firmeza
Violeta no había dejado de ver cómo Lucia, que acababa de entrar con una taza de leche,
secaba discretamente una lágrima en la esquina de sus ojos con la manga tras escuchar
la conversación entre madre e hijo.
Ella sabia que todos pensaban que se estaba engañando a sí misma.
El dia del funeral de Rafael, Violeta no había asistido, tampoco fue al funeral, y hasta ese
día, nunca habia puesto un pie en el cementerio.
A pesar de que todos le decían que tenía que superarlo, Silvia incluso había intentado
buscarle un psicólogo para que la ayudara, pero por alguna razón, ella tenía la firme
creencia de que Rafael no habia muerto, que él volveria..
Ni la misma Violeta podía explicar de dónde venia esa certeza.
Quizás era su subconsciente negándose a aceptar que Rafael se había ido, o tal vez, tenia
alguna especie de percepción, una sensación de que él aún no habia dejado su lado.
“¡Abuelo!”
Nono miró hacia atrás y de repente exclamó
Violeta se giró al oirlo y vio a Lamberto, que habia entrado sin que se dieran cuenta,
quitándose el abrigo y con algunos copos de nieve todavía en su cabello, recogió a Nono
que corria hacia él, y con una sonrisa llena de cariño le dijo, “Eh, Nono, iven a los brazos
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmde abuelo!”
Lucía, preocupada de que Nono pudiera resfriarse después de jugar toda la mañana en la
nieve, lo llevó a cambiar de
ropa.
En la sala quedaron solos padre e hija, y Lamberto, pensativo, empezó a hablar, “Violeta,
¿qué te parece si tú y Nono se van conmigo a Alemania?”
Violeta, con la mirada baja, arreglando los guantes y el gorro que Nono acababa de dejar,
no respondió.
“Vamos a Berlin, tu madre me visitó alli una vez, y tuvimos un breve pero feliz tiempo
juntos, persuadió Lamberto con voz suave. No era tanto el deseo de que se mudaran, sino
de que al menos ella se alejara temporalmente de Costa de Rosa, ese lugar tan lleno de
tristeza. “El ambiente y el aire allá son buenos, y ya me he informado, hay muchas
escuelas bilingües, asi que no tendrás que preocuparte por la educación de los niños
cuando crezcan. Ya he hablado con tu suegro, y Sebastián tampoco se opone, dice que
apoyará tu decision”
Después de escucharlo, Violeta negó con la cabeza, “No es necesario, papá.”
Ella sabia bien la intención de su padre, incluso habia mencionado a su madre para
conmoverla.
Violeta miró a los ojos de Lamberto y le dijo suavemente, “Papá, no importa a dónde vaya,
será lo mismo. Quiero quedarme aquí, se lo prometi a Rafael, en vida y en muerte soy
suya.”
Aunque en su momento lo había dicho en broma, lo habia tomado muy en serio y lo
recordaba bien.
Al ver la determinación en su rostro, Lamberto solo pudo suspirar y abandonar la idea.
Después de compartir el almuerzo, Lamberto se fue y poco después llegó Silvia, llena de
energia. Desde que regresaron para la boda, ella y Lucio se habian quedado en Costa de
Rosa. Silvia incluso había encontrado trabajo, y Lucio, debido a que el abuelo Alves quería
expandir algunos negocios al continente, también se había quedado.
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