Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capitulo 759 “iNo!” Antoesbozé una sonrisa en la comisura de sus labios.

Marisol se frustré y extendié su dedo indice sefialando directamente hacia él, “ta...” Con su mano agarrando un vaso de agua, Antole un sorbo y de repente le dijo, “jMarisol, acompéafia cenar!” “Lo siento, pero yo...” Marisol rechazé la idea sin siquiera pensarlo.

Antola interrumpid, su mirada encantadora atravesaba el aire, fijandose en ella, “Acabas de decirlo, hoy es mi cumpleafios, pasarlo solo es muy aburrido, jnecesito compaiifa!” “Puedes invitar a.... la Srta. Jacinta”, Marisol apret6 los labios con firmeza.

La esquina de los ojos de Antose levanto ligeramente, y si uno miraba con atencién, parecia haber un brillo suave en ellos. un paso adelante, “Pero solo quiero que tiacompaiies.” Marisol desvi6 la vista, sus manos estaban entrelazadas detras de su espalda.

Aunque se dijo a si misma que no debfa dejarse influenciar, su corazon latia incontrolablemente.

Antodejé el vaso de agua y se dirigié hacia la entrada, como si ya lo tuviera todo planeado. Al regresar, tenia dos bolsas de la compra repletas de comida, “Ya compré todo en el supermercado, ;qué quieres comer? jYo cocino!” Marisol se quedé inmovil, miréndolo sin decir ni una palabra.

“Aln no hemos tenido nuestra cena de despedida.” Marisol se quedd aténita.

Antonio, sosteniendo las bolsas de la compra, esbozd al orrisa y con una voz profunda, le dijo, “Marisol, el dfa que nos divorciamos en la oficina del registro civil,invitaste a una cena de despedida, considera esto como si estuviéramos cumpliendo con eso.” Marisol pensé que después de todo era su cumpleafios y finalmente asintié con la cabeza, “Bien, pero te vas después de cenar.” “jOk!” le respondié Antocon voz grave.

El resplandor del atardecer ya se desvanecia tras la ventana, dejando solo un tenue halo de color rosa. Marisol agarraba su vaso de agua, que ya se habfa calentado.

Con solo levantar la vista, podia ver a Antoen la cocina.

El extractor de humos zumbaba mientras Antonio, con un delantal puesto, se movia alrededor de la estufa. La casa se llenaba con el aroma calido de la comida. Minutos después, escuchd su voz llaméndola desde el comedor.

Marisol se levant6 y camind hacia alld, encontrando la mesa ya puesta con seis platos y una sopa, todos se vefan apetitosos.

Su habilidad en la cocina siempre habia sido excelente. En los cuatro afios que estuvieron casados, incluso cuando su relacién estaba congelada durante tres afos y medio, la costumbre de que él cocinara nunca cambié..

Marisol bajo la vista y tomé los cubiertos que él le pasaba, y luego se sentd.

1/3 11-34 Capitulo 759 Antotambién se incliné sobre la mesa, con el vapor caliente aun saliendo de la sopa. Si no fuera porque ya habian entregado el certificado de divorcio, casi podria engafiarse a si misma pensando que su matrimoain no habia terminado.

Mientras Marisol llevaba el arroz a su boca, escuché que él le decia de pronto, “jHace mucho que no disfruto asf de una buena comida!” “iAcaso no has estado comiendo bien tltimamente?” le pregunté sin pensar, sorprendida por su comentario.

“Exacto!” Antosonrié y luego, con un tono pausado y deliberado, agregd, “No he comido bien, ni dormido bien.” Marisol apreté los cubiertos en su mano, sintiendo la mirada intensa de él. Incapaz de levantar la cabeza, evit6é sus ojos mientras se servia mas comida, tratando de cambiar el tema, “Antonio, sobre el asunto de Sissy...

Rodrigolo conté todo.” “Si,” le dijo Antonio, y su mirada se tenso.

Viendo cémo sus labios se movian, no queriendo escuchar mas el nombre de su ex node su boca, le hablé con firmeza, “jComamos!” iA comer! Marisol se sentfa incémoda, tragéndose las palabras de agradecimiento que le iba a decir, y furiosamente mordié un ala de pollo.

Después de eso, la cena transcurrié en silencio, los dos comiendo frente a frente.

Ellos habian vivido demasiado tiempo en esa casa, y habia demasiados recuerdos plasmados en cada rincon, especialmente en la vista desde el comedor hacia la gran cama en el dormitorio. Compartir el mismo espauna vez mas, Marisol se sentfa incémoda por todas partes.

El arroz en su plato ya se habia acabado, y los cubiertos reposaban a un lado. Antonio, sentado enfrente, atin disfrutaba de su comida con apetito, incluso se podria decir que comfa con elegancia, masticando lentamente.

Marisol giré su cabeza para mirar el atardecer a través de la ventana, en el edifide enfrente muchas ventanas ya se habian iluminado.

Se obligada a apresurarlo, “Antonio, ;todavia no has terminado?” Antonio, sin detener su mano, le dijo de repente, “jNo quiero terminar tan rapido!” “iPor qué?” Marisol fruncié el cefio.

Pero Antono le respondié, en cambio, sus ojos encantadores se levantaron para mirarla, quedandose en silencio, fijando su mirada en ella, tan oscuros y profundos como un agujero negro que pudiera absorber a una persona.

Marisol volvié a bajar la mirada, sin decirle nada.

Finalmente, cuando termind de comerse el Ultimo plato, Antosolté sus cubiertos.

Al verlo levantarse como si fuera a fregar, Marisol rapidamente se puso de pie, “Yoencargaré de los platos, tl puedes irte, jno te preocupes!” “iTe ayudaré!” insistié Antonio.

Marisol no pudo resistirse y lo dejé fregar.

11:34 Capitulo 759 Mientras veia pasar el tiempo minuto a minuto, el reloj en la pared ya marcaba las ocho y media, y Antoalin permanecia en la cocina. Después de pasear un par de veces frente a la ventana del suelo al techo, no pudo resistirse y se acercé a la cocina.

Antoestaba de espaldas a ella, frente al fregadero, con el sonido del agua fluyendo.

Marisol se humedeci6 los labios, “Antonio, ;ya terminaste? Si es asi, entonces...” Justo cuando estaba detras de él, Antogiré abruptamente cerrando el grifo y la sombra que proyectaba cayd sobre ella. Marisol, tomada por sorpresa, tropez6 y cay6 hacia atras.

Fue sostenida por su mano a tiempo, “jTen cuidado!” Con su fuerte brazo rodeando su cintura y la palma de su mano contra su pecho, Marisol aclar6 su garganta y traté de mantener la calma, “Eh! Ya estoy bien, puedes soltarme.” “No quiero soltarte.” Marisol mordié su lanerviosamente, “Antonio...” Con su cuerpo practicamente abrazéndola y su guapo rostro haciendo sombras bajo la luz de arriba, ella se sentia desorientada y su corazon le latia descontroladamente.

La otra mano de Antode repente tomo la suya, y la aspera textura de sus dedos rozé su piel, “Marisol, irecuerdas el regalo de cumpleafos quediste hace cuatro afios?” El regalo de cumpleafos...

Como si hubiera sido quemada, Marisol se estremeci6 al recordarlo.

Cuatro afos atras, le habia dado su regalo de cumpleafios tarde, habian cenado juntos y después él la llevé a casa, diciéndole que su regalo de cumpleafios queria que fuera ella...

Marisol negé con la cabeza en panico, “ijNoacuerdo!” “No importa, jyo siacuerdo!” Antobajé la cabeza para mirarla a los ojos, con sus ojos encantadores reflejando todos sus rasgos.

Ella no tuvo tiempo de esquivarlo, y su nariz ya estaba tocando la de él, su aliento caliente se acercaba mas y mas...

Como impulsada por una fuerza desconocida, Marisol cerré lentamente los ojos.

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