El amor del Ceo mexicanoES by Pandora

Vuelto loco Chapter 46

Camill cuando se sintió cansada y después de desahogarse quiso volver a casa, no quería poner en

riesgo a su bebé, estaba decepcionada de su padre pero no por eso lo iba a arriesgar, tomó un taxi y

regresó a la mansión turquesa

Cristóbal andaba peor que un loco por la ciudad buscándola, ella tenía que aparecer y estar bien, el

dolor en el tórax ya lo estaba sobrepasando, su rostro sangrado llamaba mucho la tención de sus

hombres y las personas que lo veían en la calle, maldición! vamos a casa Mauro, necesito ducharme y

tomar un par de analgésicos, pero saldremos de nuevo en cuanto lo haga!

Si señor, estaré listo para cuándo usted disponga, respondió el leal chófer y sicario del poderoso

hombre, de pronto le timbró el celular a descontrolado CEO, se trataba de una llamada de sus hombres

apostados en la mansión turquesa

Bueno! respondió Cristóbal _ jefe para informarle que su esposa acaba de llegar en un taxi _ como se

ve? esta bien? habla carajo! _ ella se ve físicamente bien, solo tiene los ojos rojos y un poco inchados

No le digan que voy para allá, si intenta salir la detienen hasta que llegue pero sin hacerle daño o los

mato! _Como ordené jefe, cumpliremos su orden al pie de la letra!

Cristóbal cortó la llamada, su Camill ya había aparecido, ella estaba en casa, pero no sabía que tan

bueno era eso, que tal si le pedía el divorcio que le diría él

Camill de desvistió lavó su cuerpo y se puso una cómoda bata transparente muy linda, se metió a la

cama y se quedó dormida

Cristóbal llegó quiso subir las escaleras para ir a su habitación pero el dolor no lo dejó, el Ceo le pidió a

una de las mucamas que llamará a la puerta y le pidiera bajar a su esposa

Después de tocar en varias ocasiones, Camill por fin despertó y abrió la puerta, señora Camill disculpe,

que la moleste, el señor a pregunta si puede bajar a verlo, él… él está algo indispuesto y no puede subir

Por supuesto, respondió Camill, en su cabeza la palabra indispuesto resaltaba, la hermosa embarazada

salió a ver qué sucedía con Cristóbal, mientras bajaba las escaleras Camill parecía un ángel que

acababa de caer del cielo, un ángel embarazado

Ella no llevaba sostén, sus rosados pezones se distinguían levemente a través del encaje, sus bragas

blancas de encaje hacían juego con la linda bata que llevaba puesta a Cristóbal lo acompañaba algunos

de sus hombres, cuando la miró bajar tan hermosa y con ropa tan ligera una mezcla de encanto y furia

se clavó en su pecho, ! Fueraaa ! rugió

Nadie tenía permitido mirar a su mujer, él era capaz de arrancarles los ojos con sus propios dedos, su

hermosa Camill era solo suya, ella de veía jodidamente angelical, su sensualidad aún

embarazada estaba allí

Cristóbal! Camill corrió hacia él apenas lo vio tan sangrado _ no corras mujer, te puedes caer y lastimar

al bebé, además me puedes explicar por qué carajos bajas semidesnuda hasta aquí? el único que

puede verte así soy yo!

Eso no importa! tenemos que llevarte al doctor de inmediato, se te ve muy mal! _ no quiero ir, solo

quiero una ducha y recostarme _ Camill estaba probando una cucharada de su propia medicina

Te llevaré aunque te tenga que atar, no voy a permitir que te niegues a ser atendido! vamos! Maria avisa

a los hombres que me ayuden a subir al señor al auto!

Si señora de inmediato! _ detente! Maria detuvo sus pasos, después de todo su jefe original era el señor

Altamirano, cambiate primero y después nos vamos, dijo a Camill ya con muy poco aire al hablar

Camill se puso unos pantalones negros para hacer ejercicio un croptop y una sudadera a juego, llevaba

unos tenis negro y una trenza desenfadada, bajó justo cuando los hombres de Cristóbal lo ayudaban a

caminar hasta el auto

Ambos subieron mientras que el chófer Mauro conducía, llegaron a la clínica más cercana a la casa, el

fuerte dolor no le daba para llegar a la clínica de Benjamin, al poderoso Ceo

A Cristóbal lo entraron de inmediato a la sala de urgencias, no le permitieron entrar a Camill. no querían

que se impresionará con la sangre ya que apenas iban a limpiar su rostro y cocer sus heridas, un labio

roto, un corte en la mejilla y un derechazo en el ojo inchado que apenas podía abrir,

Señor Altamirano, necesitamos hacerle una radiografía para ver cuántas costillas están rotas y proceder

al tratamiento, que por lo general es mucho reposo para que se vuelvan a soldar de nuevo

Cada movimiento que el Ceo hacía era una tortura, pasaron algo de tiempo hasta que pudieron limpiar

su cara por completo, le dieron algunos puntos en una sangrante ceja, lo sorprendente era que a pesar

de los golpes, Cristóbal seguía estando tan atractivo como siempre, incluso se veía más chico malo que

de costumbre

Camill seguía sentada en el sillón esperando pero como siempre, ella se había quedado dormida, la

espera estaba siendo larga _ Cristóbal ya se estaba desesperando, él sabía que su embarazada esposa

no tenía mucha resistencia al sueño, ella de seguro estaba dormida en algún lugar de allá fuera

Pidió que le vendaran las costillas y que le dieran antibióticos y medicamentos para el dolor, después

salió buscando con la mirada a la bella ojiverde, tal como lo esperó, Camill estaba dormida

incómodamente en un sillón, maldición! lo sabía, por qué duermes así mujer?

Cristóbal quería poder cargar en sus brazos a su esposa como siempre, pero las costillas lo estaban

matando de dolor, así que la despertó

Despierta mujer! es hora de irnos, dijo suavemente, Camill se tallaba los ojos, ella estaba preocupada

por Cristóbal por supuesto pero la discusión de él con Rodrigo no se lo iba a dejar pasar, ella se sintió

tan humillada de que su ex le estuviera cantando las verdades a su esposo

Cómo estás? que te dijo el médico? estoy bien solo necesito reposo y cuidados _ ya veo, nos podemos

ir a casa entonces?

Si ya nos podemos ir, Cristóbal sabía que Camill estaba molesta y al juzgar por como lo miraba también

estaba decepcionadabde él, tendría que hablar con ella y saber lo que estaba pensando, no quería que

se fuera de su lado antes de tiempo, no quería que lo abandonara…

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