Enamorándome de mi esposa provisoria

John: [Me alegro de oirlo.]

Kathleen: (Gracias a todos por la preocupación.)

Nancy: [Ni lo menciones.]

[Por cierto, ¿dónde está Steve?]

Nancy: [No lo menciones. Las nuevas invitadas han sido confirmadas, y son tres miembros

de un grupo de chicas que acaba de debutar. Se mantenian juntas en casi todas las

situaciones y discutian con Astrid cada vez que habia un pequeño desacuerdo. Steve

intenta ayudarlas a solucionar las cosas. John y yo, por el contrario, somos espectadores.]

John: li Esas tres damas son asombrosas! Astrid no se puede comparar con ellas en

absoluto. Y por eso, intentó quejarse con nosotros, insinuando que deberíamos estar en el

mismo equipo que ella y que no podemos dejar que las tres damas nos roben el

protagonismo.]

Nancy: [En realidad, aunque esas tres damas son jóvenes, son bastante impresionantes.

Terminaron todo lo que habia que hacer. Por desgracia, parece que no pueden soportar a

Astrid.]

John: [Bueno, yo sólo soy un espectador que espera los chismes.]

Steve: [;Ayúdame!

John: (No me atrevo a hacerlo.]

Nancy: Le No temes que las cosas se descontrolen aún más con la presencia de otra

mujer?)

Steve se perplejo durante una fracción de segundo.

[Kathleen, ayudame, por favor.)

Kathleen: LiComo quieres que te ayude?]

Steve

Hay alguna forma de evitar que se peleen? ¿O tal vez una idea para salvarme del

alboroto?]

Kathleen: Qué tal si lo olvidas?

(Bueno…]

John: [iJajaja!)

Steve: (¿Puedes proponer algo más constructivo?]

Kathleen: (Eso es fácil. Deja que las tres mujeres hagan esos recados para comprar cosas

en su lugar. Las cosas mejorarán si reduces las posibilidades de que anden con Astrid,

¿no?]

Steve: [Pero no puedes esperar que se queden fuera todo el tiempo, ¿verdad?]

Kathleen: [Bueno, no creo que Astrid se atreva a hacer ruido, ¿o si?]

Steve: [Por lo que sé, se atreve a hacerlo con cualquiera.)

John volvió a responder a Steve con un emoji de risa.

Kathleen: (¿Y los clientes que van a comer? Dejemos que Astrid asuma el papel de

camarera. Con esos clientes alrededor, no se atrevería a discutir con las tres mujeres.

Todo lo que tiene que hacer después es intentar que las tres vuelvan a la cocina.

¿Funcionará?]

[Parece una idea factible.]

John: [Parece que hay algo mal en tu arreglo desde el principio, Steve.]

Steve: (¿Cómo iba a saber que iban a pelear?]

De hecho, él también se sentia impotente al respecto.

Steve: [Eso es todo por ahora. Vamos a preparar los ingredientes.)

Kathleen: [iBuena suerte!)

Steve desapareció tras responder con un emoji de ceño fruncido.

John: [Apuesto a que Steve no se atreverá a volver a participar en programas de

variedades en el futuro. Esta situación en la que se encuentra ahora es suficiente para

dejarlo traumatizado]

Nancy: [ija.ja!)

De repente, Steve volvió a activarse y escribió: [Deja de burlarte de mí. Date prisa. Ve y

ayudame. ¡Ahora no me escuchan!)

Nancy: (Ya voy. Adiós.]

Kathleen también envió un emoji de despedida. Luego, se tumbo en la cama y soltó una

fuerte bocanada de aire.

«Samuel ha encarcelado a Nicolette durante un ano e incluso le ha roto las piernas, penso.

Sin embargo, no se apiadó de ella. Después de todo, nadie habia hablado por ella cuando

fue perjudicada entonces.

«¿Pero como puede Nicolette tratar de demandar a alguien con tanto descaro? ¡Que

broma!

En ese momento, un destello frio cruzó la suave mirada de Kathleen.

«Fui yo quien consiguió que Samuel hiciera cso. Ya que Nicolette se atreve a vengarse de

Samua segura de que tiene las agallas para vengarse de mitambién. ¡Nunca la dejare libre

si se atreve a crear problemas! ¡Nunca >>

Fra misma noche, ovo que alguien llamaba a la puerta del piso de abajo. Esa persona se

fue poco después de una breve conversación con Maria.

Se dirigió entonces hacia abajo y preguntó:

–Maria, ¿quién era?

-La nueva vecina de al lado vino a intercambiar algunos saludos e incluso nos regaló

algunos pasteles -se rió mientras explicaba.

Apartando la mirada, Kathleen exclamó encantada:

-Vaya, son pasteles de esa marca tan cara. He oido que hay una larga espera incluso con

una reserva hecha.

-Asi es. Sra. Johnson. Y todos son sus pasteles de frutas favoritos -sonrió.

Kathleen parpadeó.

-Quiero comer un trozo ahora.

– No será posible -había cierta seriedad en el tono de Maria-: Srta. Johnson, me han

ordenado que la observe mientras cena. Termine primero y podrá comer un poco de

pastel.

Kathleen, sintiéndose agraviada, rodeó con sus pequeñas manos el brazo de Maria.

-Maria…

Su voz casi hace que a la mujer se le debiliten las rodillas. «Esta joven sí que es adorable.

¿Cómo soportó el Sr. Macari divorciarse de ella?»

-Está bien. Sólo una rebanada, luego tendrá que ir a cenar –ordeno. Si fuera mi hija, de

seguro la mimaria sin parar.

-Gracias, Maria -le agradeció con una dulce sonrisa-. Quiero el de fresa.

Maria saco el trozo de pastel cubierto de fresas. Sujetándolo con cuidado, Kathleen se

dirigió hacia el comedor.

Al verta, Maria sonrió con afecto y luego se dirigió a la cocina para cocinar para Kathleen

después de poner el resto de las rebanadas de pastel en el refrigerador.

Mientras la joven disfrutaba feliz de sutarta, hizo una foto y la publicó en Instagram con el

pie de foto:

Gracias al nuevo vecino, tengo pasteles tan deliciosos para comer!