Esta Vez, ¡No Perderé!

Chapter 253

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Capítulo 253 El abuelo Pablo tenía los ojos abiertos, pero cuando abrió la boca, ya no pudo pronunciar palabra alguna. Toni observaba cómo el abuelo Pablo movía la boca, claramente intentando decir algo. Empujó a Marcos a un lado y tomó la mano del abuelo Pablo: -Papá, ¿hay alguna propiedad que no nos haya mencionado todavía? La corporación familiar Mangone había sido controlada por Javier desde hacía unos años. Toni y Marcos tenían algunas acciones, pero Javier los había despojado de ellas con astucia. No solo estaban alejados de la empresa, sino que cada vez que intentaban acercarse, solo encontraban problemas. La única esperanza para ellos era la herencia privada del abuelo Pablo.

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Cuando el abuelo Pablo aún gozaba de buena salud, les había dado una parte a cada uno, lo que causó que los hermanos se enfrentaran y se convirtieran en enemigos. Los ojos del abuelo Pablo estaban bien abiertos, murmurando algo que parecía un nombre. Beatriz, intentando descifrar sus labios, pensó que parecía un nombre. Miró al mayordomo Gabriel y preguntó en voz baja: -¿Mateo? ¿Es el nombre de una persona? Gabriel bajó la voz aún más: -Sí, el primogénito del señor, el padre de Javier.

Pero los padres de Javier habían fallecido hacía muchos años. Toni y Camila no querían que Beatriz entrara porque querían saber si el abuelo Pablo tenia alguna propiedad no declarada o si había algún testamento desconocido en manos de los abogados. Después de la muerte del abuelo Pablo, seguramente tendrían un liticon Javier por la herencia. Pero Javier tenía influencias por todas partes, y quienes se enfrentaban a él en los tribunales casi nunca ganaban.

Camila estaba ansiosa: -Amor, ¿no cree que debería hacer que el abogado presente el testamento? El abogado que contraté está en el hospital. ¿Quiere dictar un nuevo testamento? El abuelo Pablo seguia murmurando ese nombre. Quizás el primer hijo deja una marca profunda en el corazón, siendo la primera vez que alguien te llama "papa", la primera vez que ves a un ser hablando, gateando y luego caminando, transformándose de un bebé indefenso a un joven esbelto y finalmente a un hombre imponente. Más trágico que un padre que no vive para ver crecer a sus hijos es ver a un padre enterrar a su hijo.

Quizá nadie sabía lo que el abuelo Pablo había sentido a lo largo de los años. Como patriarca de una gran familia, era respetado y envidiado por su poder y riqueza. Las penas de hace veinte años, si alguna vez lo atormentaron en sus sueños nocturnos, parecían ya no importar.

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Toni, impaciente, no podía descifrar lo que decía el abuelo. Llamó a los abogados y parientes, y luego volvió a tomar la mano del abuelo: -Papa, ¿recuerda lo que dejó en el testamento en la oficina del abogado? Tomaremos el último testamento como el válido. Por favor, dígaselo nuevamente al abogado. Javier no está aquí, nadie puede influir en su decisión.

Al escuchar el nombre de "Javier", los ojos del abuelo Pablo brillaron un momento antes de tes de apagarse m nuevamente, continuando con aquel murmullo. Beatriz le una patada a Toni, moviéndolo a un lado, y luego se colocó junto al abuelo Pablo: -Está en camino.

Beatriz no especificó quién, dejando que el abuelo Pablo decidiera à quién se referia Analmente, el abuelo

Pablo cerró la boca. Cuando los abogados de Toni y Camila llegaron a la puerta, el abuelo Pabloccerró los ve! ojos Los signos vitales en el monitor aún no desaparecían, Toni intentó despertar al abuelo Pablo, pero pronto todo quedó en calma.

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