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Regalo inesperado.
En los siguientes dias, me reunía con Vincent todos los dias para estudiar el estado de la empresa y que se podía usar que
incriminara a los Dubois para que le dieran la mayor pena en la cárcel por los múltiples delitos, pero habian muchos detalles que
supieron como esconder, lo que habia no era tan comprometedor y según los abogados de Vincent, la pena que recibiría seria
de máximo
cuatro años y sinceramente, eso no era suficiente para mi, de resto, no habían más pruebas que los involucraran y eso me
frustraba, ya
los queria fuera de mi empresa y de nuestras vidas, pero lo que más me irritaba es que mi padre no quiso hablar sobre el
documento que
Paul le dio a firmar, solo dijo: Confia en mi, sé lo que firmo.
Cómo quiere que confie, si Paul me mostro un papel sin su firma y probablemente haya sido una trampa en la que cayó
redondito.
No podia quedarme de brazos cruzados viendo como mi familia es destruida.
Entonces, el bombillo en mi cabeza se encendió y le pedi a Jack que viniera a la oficina de Vincent donde hemos estado toda la
tarde, buscando soluciones tanto para la empresa como para todo este circo montado por los Dubois.
Me llamaba. -Jack apareció casi de inmediato y asenti con mi cabeza mientras cerraba la puerta detrás de él, antes de
asegurarme que no habia nadie merodeando por el lugar y que pudiera escucharnos.
¿Los abogados han dado respuesta sobre Rachel?
pregunté sin rodeos, ella era la única pieza que teniamos a nuestro alcance y
que era clave para hacerlos caer a todos, pero si no hablaba era igual a nada.
-La misma respuesta de todos los dias, ella se niega a hablar, dice que no conoce a Paul ni a ningún Dubois, pero los abogados
saben que está mintiendo. -chasqueé mi lengua con frustración al escuchar la respuesta de Jack, caminé de un lado a otro
pensando que podia hacer al respecto, mientras el investigador privado nos encontraba todas las pruebas que necesitábamos.
¿Es que esa mujer no puede tener aunque sea un poco de inteligencia? Con la información que tiene puede negociar su
libertad y prefiere perder todo por cubrir a unas personas que no se preocupan en lo más minimo por ella. ¿Cómo es que se
volvió tu amiga? Vincent se quejaba desde su asiento y con aquello me habia brindado una gran ayuda sin darse cuenta.
Jack, prepara el avión privado para el dia después de mi cumpleaños. -dije sin titubeos y revisando mi agenda digital, tenia un
par de reuniones para esa fecha, pero no eran tan importantes, podia posponerla para cuando volviera a Paris.
-¿Qué? No, no, Jack, no prepares nada hasta que Sarah diga lo que está pensando esa mente perversa. -Vincent hablaba
preocupado mientras se ponia de pie sin apartar sus ojos de mi, solté un suspiro cansado y me acerqué al escritorio para
mirarlo frente a
frente.
Dime, ¿Cómo puedo resolver las cosas si no es hablando pacificamente? A pesar de todo, Rachel fue mi amiga antes de que
decidiera caer tan bajo, si no habla bajo la presión de los abogados, lo hará de mujer a mujer. Volveré a New York solo para
eso. -le informé a Vincent lo que tenia planeado y por su expresión no parecia del todo convencido.
-Te has vuelto loca. No. Jack, no prepares nada, es un riesgo muy grande el que estaria tomando, todos se darán cuenta. -
Vincent rodeó el escritorio con las mejillas sonrojadas y llegó hasta mi sin dejar de fruncir su ceño.
Posé mis manos en la cintura en forma de jarra y lo miré desafiante.
esto a mi manera? le pedi serena mientras acariciaba su brazo para que se relajara un poco, pero su mirada se posó en mi
mano sin el más
minimo indicio de calma y lo solté.
Sarah, no me lo tomes a mal, yo entiendo que quieras hacer todo lo que esté y lo que no a tu alcance por el bien de la familia,
es solo que todo esto está muy caliente y si algo llega a pasarte... sus ojos verdes lucian tristes mientras soltaba aquellas
palabras y no
pude evitar sonreir de medio lado sintiéndome conmovida.
-Lo sé, yo estaria igual de preocupada por ti. Para que estés más tranquilo y como sé que no puedes acompañarme, iré con un
par de escoltas, solo se. à un dia. dije tomando su mano transmitiéndole seguridad y logré que su ceño truncido desapareciera.
Vincent asintió con su cabeza después de un momento en silencio y me abrazó mientras acariciaba mi cabeza.
Me mantienes informado de todo y prométeme que te vas a cuidar. dijo en mi oido y asenti con mi cabeza en respuesta.
Cuenta con ello. Vincent me solto y Jack aclaró su garganta llamando la tención de ambcs.
-Ya está lista la reservación del avión privado, ¿algo más? -preguntó Jack mirándonos y le sonrei agradecida.
Solo eso, Jack, gracias. -Jack asintió con su cabeza y se retiró de la oficina.
No tenia la certeza de que esto funcionara, pero al menos lo habré intentado.
La villa Doinel estaba siendo decorada por una empresa muy reconocida, mi madre estaba encargada de la preparación de mi
cumpleaños y estaba haciendo un gran esfuerzo y trabajo, aunque para ser una “reunión”, era muy exagerado, esto no seria la
pequeña
reunión que mi padre dijo.
No dije nada para no desmotivarlos, después de todo, los cumpleaños que han preparado para mi han sido muy grandes y en
sy
privado, este seria mi primer cumpleaños siendo conocida como la heredera Doinel, supongo que quieren hacerlo más especial
que
ningún otro.
El vestido que escogi con mi madre era hermoso y sencillo, de color vino con una sola manga, la tela era de la mejor calidad y
la cola
de sirena resaltaba mi figura.
Una vez que estuve lista, busqué a mi hijo en su habitación y sonrei al verlo vestido en su pequeño traje con corbata color vino,
igual
que mi vestido.
Pero, qué niño más hermoso y elegante. -dije con una sonrisa al hacerme paso a su habitación, tan pronto como me vio, corrió
a
mis brazos y me incliné para alzarlo.
-Papá Ales me ayudó a vestir, ¿te gusta?-mi sonrisa disminuyó cuando escuché su nombre salir de sus labios y peine su
cabello
n***o con mis manos.
¿Alex de Alexander?-le pregunté disimulando mi curiosidad.
No era de extrañar que mis padres lo hayan invitado y que incluso dejaran que siguiera a la habitación de Tristán para ayudarlo,
ahora que prestaba más atención, habia encontrado a mi hijo solo, eso pensaba antes de escuchar la voz de Alexander.
¿Hay otro Alexander al que Tristán llame papà Ales? -giré sobre mis sandalias altas, para encontrarme con un Alexander
igual a Tristán y con aquello quedó más que claro que él se habia encargado del atuendo de ambos.
Ahora, tenia que soportar la presencia de Alexander Lancaster en la “reunión de cumpleaños”.
Gracias padre.
Llegas temprano. -dije fingiendo estar al tanto de que él fue invitado a mi cumpleaños, aunque este momento estaba regañando
a mi padre en mi mente.
– Queria llegar antes para desearte un feliz cumpleaños número treinta. -dijo con un tono dulce que me hizo mirarlo con duda,
han Sido contadas las veces que lo escuchaba de esa manera. Dejó a la vista una pequeña bolsa de regalo y Tristán se
emocionó en mis
brazos al verlo. —Es para ti.
Una punzada se alojo en mi pecho sin poder evitarlo, pues de pronto recordé que nunca me perdi de un regalo de cumpleaños
de su parte, hasta que nos divorciamos, se podia decir que era la única fecha que recibia un obsequio de Alexander y ahora lo
hacia de nuevo.
No tenia intención de recibir su regalo, pero Tristán se movió en mis brazos emocionado mirando la bolsa de regalo y luego a
mi,
como si estuviese esperando que lo tomara en cualquier momento.
Mamá, es un regalo, ábrelo. Tristán no dejaba de moverse y miré a Alexander mostrándole mi descontento, pero ni se inmutó, él
solo quería que yo recibiera ese regalo.
Sin más, tomé la bolsa de regalo en mis manos, complaciendo a mi hijo.
Gracias. No debiste molestarte. -dije sin la intención de abrirlo.
Le di una fugaz mirada a la bolsa y sonrei sin ánimos.
No ha sido una molestia, ábrelo. -Alexander pidió con una sonrisa ligera que lo hacia lucir apenado, pero con seguridad.
Lo haré después. -respondi con la esperanza de que no insistiera en aquello, pero no fue él quien insistió, sino Tristán.
Por favor, mama, ábrelo, quiero ver tu regalo.
–
le lancé una mirada de pocos amigos a Alexander, pues sospechaba que él tenia que ver en el repentino interés de mi hijo por
ver el regalo.
Nuestro hijo lo está pidiendo, ¿vas a dejarlo con las ganas? -Alexander intervino y le lancé una mala mirada, el solo levantó sus
manos librándose de culpa y accedi.
Después de todo, era un simple regalo que terminaria dejando en el olvido, porque por lo visto, se trataba de alguna joya.
Alexander tomó a Tristán en sus brazos al darse cuenta de mi decisión, asi podria abrir el regalo con más comodidad.
Aparté la mirada de Alexander y me concentré en abrir la bolsa de color rojo, encontrándome con lo que habia imaginado, pero
no era una, sino dos cajas de joyeria.
Gracias, está lindo. -dije al ver el contenido y Alexander me dio una mirada para que abriera el par de cajas.
Solté un suspiro inaudible y abri la caja más pequeña, en la que parecia haber un anillo o unos aretes.
Cuando abri la caja, mis ojos se abrieron sin poder ocultar mi sorpresa y mi respiración se agitó enseguida.
Se trataba del anillo con el que me pidió matrimonio hace años, el que dejé abandonado en su casa junto con todas mis cosas.
Lo miré atónita sin saber qué decir, no entendia que pretendia al devolverme un anillo que no me pertenecia. grande.
Abre el otro. -sus palabras me hicieron estremecer, a estas alturas, temia por lo que sea que me fuera a encontrar en aquella
caja
Mis manos temblaron levemente cuando tuve la caja en mis manos, tenia una extraña sensación en mi pecho que no sabia
cómo describir y que no me hacia sentir bien, pero tampoco mal.
Abri la caja y mi cuerpo se quedó inmóvil al encontrarme con lo que menos esperaba.
Una cadena de oro blanco con un dije que me hizo recordar la última vez que lo tuve en mis manos.
Mi anillo de bodas..