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Te he extrañado.
Por un momento pensé que el calor abandonaria mi erpo, que me faltaria el aire o que iba a desmayarme, pero todo aquello
desapareció al leer por quinta vez aquella carta, que para cualquiera se trataba de un anónimo, pero para mi no.
Sabia perfectamente quien escribió esto con solo ver la letra y que lo escribió especialmente para que yo lo supiera, a pesar de
las pocas palabras, se encargó a la perfección de que recibiera el mensaje, sabia quién estaba detrás de esto y una risa me
contagió por completo, no podia dejar de reir bajo las miradas de preocupación y confusión de cada presente, aun con los
latidos acelerados de mi
corazón que
no era más que de alegria y llena de esperanza.
Sarah, ¿qué pasa? ¿qué dice la carta? Alexander, que estaba cerca de mi, me quitó el papel de la mano y lo leyó más de una
vez, miro por ambos lados y de esquina a esquina, buscando el motivo de mi risa que no cesaba. -¿Quién ha enviado esto?
Cuando Alexander hizo esa pregunta, pensé si seria buena idea decirlo, aunque si prefirieron quedarse en el anonimato, quizá
era conveniente que ninguno lo supiera y fingir que ignoraba aquella información.
-Quiero ver que dice. Abby le arrebató la carta a Alexander, tal y como el lo hizo conmigo y su ceño se frunció con confusión,
entonces, cai en cuenta que ella no estaba enterada de todo lo que su familia ha hecho, solo sabia que Paul se adueñó de
Doinel con trampa en un trágico momento y que su madre lo respaldaba, pero nada más, entonces, dejé de reir. Ok, me siento
agraviada, ¿quién escribió esto? Y ¿por qué te relas como una demente?-Abby parecia asustada por el hecho de que su
apellido estaba escrito y pronto, Vincent también le arrebató la carta para leerla detenidamente, al finalizar me miro con el ceño
fruncido.
Por su mirada, supe que pensaba lo mismo que yo, y es que, ya era el
momento de poner al tanto a Abby de todo y que entendiera que ella no
estaba incluida en el paquete de los Dubois, era hora de que entendiera el porque de ese mensaje y que supiera ello no tenía
nada que temer.
Abby, sientate, hay algo que debes saber. -Vincent fue quien tuvo la
iniciativa y Abby no quiso obedecerle por las recientes discusiones entre ellos, pero cuando vio que todos teniamos expresiones
serias, decidió sentarse en la silla libre y miró a cada uno, esperando que alguien soltara la primera palabra.
No sé de qué va esto, pero quiero que suelten todo, no importa cuán
doloroso sea. Si mi familia tiene que ver con lo que sea que me vayan a decir, lo quiero saber todo con detalles. -respiré hondo,
sintiendo pena por mi amiga, seria duro para ella enterarse que cada integrante de su familia habia cometido algún delito y el
motivo por
el que se originó tantas tragedias.
Entre los tres le contamos todo pacientemente y con mucho tacto, desde el momento que mi padre rechazó a su madre, el
intento de secuestro cuando yo era una niña, los planes que crearon junto con Rachel para arruinar mi matrimonio con la ayuda
de un sicario, el desfalco de la empresa en el periodo que su padre estuvo a cargo de Doinel, el accidente de mis padres
provocado por los suyos, y, por último, la posesión de la empresa añadiendo la manera en la que Paul consiguió la firma de mi
padre.
Ninguno se guardó el más minimo detalle, se lo contamos todo incluyendo las personas involucradas y sospechosas en cada
una de las hazañas de los Dubois.
Abby tenia las mejillas empapadas por las lagrimas de frustración y de enojo, no podia creer que su familia se atreviera a tanto
por una obsesión de su madre. No dejaba de culparse una y otra vez por insistir tanto tiempo en juntarme con Paul, para ella, su
hermano era un buen hombre, siempre tuvo la ilusión de que fueramos pareja porque nos mereciamos el uno al otro, si habia
algo que anhelaba desde hace muchos años, era ver a su hermano junto a su mejor amiga, pero ahora, esa idea se esfumò de
su cabeza, siendo reemplazada por un gran repudio a su familia.
-Entonces ellos... todo este tiempo ellos...-habló con la voz entrecortada al levantarse de su asiento, sin ser capaz de completar
una sola frase, me partia el corazón verla de esa manera, tan afectada y decepcionada. -Son unos malditos, destrozaron a la
familia que tanto presumian como sus mejores amigos, arruinaron tu matrimonio y tanto que insulté a Alexander pensando que
era la peor porqueria, desaparecieron a tus padres, te quitaron la empresa. ¿Y ustedes piensan quedarse sin hacer nada? Ellos
otro procesando toda la información.
Abby vocifero mientras caminaba de un lado a.
Gracias por el cumplido, me gusta tu honestidad. -dijo Alexander a mi lado. Este tiempo hemos estado buscando pruebas, pero
lo único que tenemos es la evidencia del lavado de dinero, no han dejado rastros ni testigos de sus crimenes, Sarah ya hablo
con Rachel para que confesara, pero la tienen amenazada, tiene miedo de hablar, en cuanto al accidente del avión,
comprobamos que fue manipulado antes de despegar y los videos de la cámara de vigilancia han sido borrados, incluso
desaparecieron el investigador privado que estabatras sus pasos, no tenemos nada para denunciarlos y lo que tenemos es
poco para lo que se merecen.
Alexander se encargó de explicar el motivo por el que estábamos de brazos cruzados y ella se quedo callada como si estuviera
pensando, pero luego de unos segundos, cubrió su rostro con sus manos, no sabia qué hacer ni en qué ayudar, su familia no
dejó cabos sueltos, o al menos eso creia, pues el mensaje que recibi me daba esperanzas de que era cuestión de tiempo para
que todo saliera a la
luz.
No saben como lamento todo esto, de haber sabido desde un principio los planes de mi lamilia, créanme que hubiese buscado
la
manera de ponerlos al tanto o impedirlo de alguna manera. Yo..... yo... – Abby no soportó un segunda más y rompió en llanto,
mi corazón se encogió al wila de esa manerà.
Vincent se acercó a ella y la envolvió con sus brazos al mismo tiempo que me levanté de mi asiento para darle un abrazo de
consuelo, pero Vincent negh con su cabeza al darse cuenta de mis intenciones, mientras acariciaba su cabello en un intento por
calmarla.
– Sarah, Ales, déjenme a solas con Aliby.dijo sobre la cabeza de Aliby y lo mié dubitativa, pues su estado me preocupabia, pelo
sabia que Vincent, a parte de alterarla, podia calmarla,
Asenti con mi cabeza y tome la carta que estaba sobre la mesa, antes de abandonar el despacho junto a Alexander.
Salte un suspiro cansado al llegar a la sala de estar y Alexander me tomó por sorpresa cuando entrelazó sus dedos con los
miles, la mire a los ojos y no pude adivinar lo que pasaba por su cabeza.
-Sabes quien le envió la carla, ¿cierto?-aquello sonaba más como una afirmación que una pregunta, no fui capaz de negarlo,
pero tampoco lo admiti, segula confundida, no sabia si era corecto revelar aquella información, sin embargo, todos estábamos
juntos. en esto y tal vez, en un futuro, pueda anepentirme por no hacérselo saber a mis aliados.
Después de meditarlo unos segundos, me decidi por contarselo a Alexander, pues he sido testigo de su esfuerzo por ayudarme
a resolver los problemas por los que atravesalia, aunque no haya resultados positivos, él no ha desistido ni por un segundo.
Vamos a un lugar más privado.-dije mirando a mi alrededor, aunque no hubiese nadie más que el personal de servicio, preferia
ser cautelosa al soltar to que sabla
Tiré de la mano de Alexander sin esperar una respuesta y lo gule escaleras arriba hasla mi habitación, una ver estando adentro,
ceir la puerta con seguro y camine hasta la mitad de la habitación con la mirada clavada en la carta que trala en mi mano, pues
era la seilal que he estado esperando durante dias, la señal que me devolvió el alma al cuerpo,
-Han sido tus padres.-la voz de Alexander resoné por la habitación y una sonrisa se dibujo en mi rostro. Una agradable
sensación recorria mi cuerpo de solo escucharlo de los labios de otra persona
Lo ha escrito mi papà.-confesé con las lágrimas a punto de desbordarse de mis ojos, pero no eran más que de lelicidad,
felicidad por saber que están vivos, que están a salvo y no solo eso, sino que han aprovechado la oportunidad para crear una
cortina de humo y buscar la manera de desenmascarar a sus “mejores amigos”, son tan astulos, que han estado un paso
adelante todo este tiempo.
Sin verlo venir, sus brazos me rodearon por la cintura desde atrás y pegó su pecho a mi espalda, cerré mis ojos al sentir su
cálido aliento chocando en mi cuello, provocándome un agradable cosquilleo en la nuca, mientras susurraba en mi olda
-No sabes cuanto me alegro, tus padres están vivos. Todo está volviendo a su lugar y mi lugar es contigo, con mi hijo, con mi
familia, nuestra familia.-mi corazon dio un vuelco al escuchar sus últimas palabras, abii mis ojos para mirar mi un tema que me
inquielaba.
langs antes de incar
-¿Qué hay de tu familia en New York? Tu madre, el abuelo, Gina, Alexis-pregunté directamente y Alexander sised sin dejarme
-Elunico que contarla es a Alexis y él se está encargando de la empresa. Ninguno volvera a entrometerse en da. –respondió sin
titubens y dejó un beso en mi hombro que me hizo temblar en secreta,
Aunque tu cuentes solo con Alexis, los demás cuentan contigo, ¿qué te hace pensar que dejarán de inmiscurse en tus asuntos?
En el pasado, lu madre y Gina...-una vez más me interrumpid,
-Lo has dicho, en el pasado. Y de haber sabido que no cras bien tratada por ellas, hubiera tomado cartas en el asunto a tiempo.
Ahora que lo sé, no dejaré que vuelvan a meterse contigo ni con nuestro hijo, en este momento, ustedes son lo más importante
que tengo en mi vida y no pienso perderlos.-aquellas palabras fueron tan sinceras, que tocó la fibra más sensible de mi corazón.
Entonces, dejé caer la carta al suelo en el momento que las emociones se aduciaron del control total de mi cuerpo y de mis
acciones.
Me gire hacia Alexander sin separarme ni un centimetro de su cuerpo ni su cálido lacto y to mire por unos segundos, sintiendo
come mi corazón comenzaba a acelerarse por su mirada confundida clavada en la mia. Entonces, estampe mis labios con los
suyos sin el más minimo cuidado.
Un jadeo se escapó de sus labios, señal de que lo habla tomado por sorpresa, sin embargo, movia sus labios con suavidad
correspondiendo mi inesperado beso, mientras sus manos se aferraban a mi espalda como si no quisiera dejarme escapar, de
todos. modos, no lo iba a hacer, en este momento solo era capaz de perisar en el dulce sabor de sus labios y lo mucho que le
extrañaba, a pesar de que hace poco tiempo estuvimos envueltos en esta situación.
Su lengua rozo mis labios pidiendo permiso para entrar y encontrarse con la mia, cuando mis manos temblorosas se deslizaron
por su pecho hasta llegar al nudo de su corbata. Un escalofrio me recorrió de pie a cabeza, impidiendo que pensara en algo
más que en el desea drobtener más que un beso de Alexander.
Sin dejar de besarlo, cada vez con más intensidad, desaté el nudo de la corbata y con su ayuda, me deshice del saco de su
traje colar plomo, En el siguiente segundu, se separá solo un poco de mi para mirarme con sus ojos sombrios por el deseo que
se reflejaba en su rostro y la respiración agitada, estaba buscando algún indicio de arrepentimiento en mis ojos, pero lo única
que consiguió es que volviera a besarlo mientras desabotonaba su impecable y lisa camisa con nerviosismo, para despojarlo de
esa prenda que cubría su blen trabajado torso.
Me pegué más a su cuerpo, como si eso fuera posible, cuando senti sus dedos bailando en mi espalda hasia detenerse en el
cierre de mi vestido y con una lentitud torturante, la bajo dejando mi espalda expuesta, logrando au, que toda mi piel se erizara,
mientras disfrutaba de las sensaciones irreprimibles que me produclan sus besos y las caricias de sus dedos que llegaron a mis
hombros para bajar
el vestido que ya comenzaba a estorbar, dejándome únicamente con mi ropa interior.
Un jadeo se escapó de mis labios, en el momento que sus manos se pasearon desde mi cintura hasta mis muslos desnudos y
me alzó sin mucho esfuerzo, logrando que mis piernas rodearan hábilmente su cadera, aprovechó el momento para caminar
hasta la cama que estaba a unos pasos de nosotros, mientras dejaba un camino de besos en mi cuello hasta los hombros.
Me dejó reposando sobre la cama, posándose sobre mi, sin dejar caer todo su peso en mi cuerpo. Por un instante, sus labios
abandonaron mi cuello y me miró fijamente con una mezcla de ternura y lujuria, sus mejillas estaban encendidas y podria jurar
que las mias estaban igual gracias al calor de la situación.
Te he extrañado, Sarah, he extrañado todo de ti. -susurró con voz ronca sobre mis labios haciéndome estremecer y no me dio
tiempo de responder cuando volvió a atacar mis labios con fiereza, sin contener las ganas que ha estado reprimiendo, mientras
sus manos exploraban cada parte de mi piel como si quisiera grabarlo en su memoria y yo no me quedé atrás, pues mi cuerpo
lo recordaba y reaccionaba naturalmente ante su tacto placentero, reconociendo a su único dueño.
Me aferré a su espalda, sintiendo sus músculos tensos bajo mi tacto y la dureza bajo sus pantalones que se frotaba en mi
feminidad con frenesi, robándome uno que otro gemido de placer con su nombre.
Deseosa de sentirlo en su máximo esplendor y dentro de mi para que apagase el fuego que me envolvía por completo, me tomé
el atrevimiento de desabrochar su pantalón y Alexander, en un rápido y ágil movimiento se despojó de su pantalón y su bóxer,
quedando completamente desnudo sobre mi.
Con aquello, mis nervios aumentaron considerablemente, como si fuera la primera vez que estuviéramos en esta situación tan
subida de tono, Alexander lo notó y me besó con dulzura, mientras acariciaba mi cabello logrando que mis nervios comenzaran
al
disiparse.
Las manos de Alexander vagaron en mis senos, sobre la tela de mi brasier, transmitiendo corrientes de placer a cada parte de
mi cuerpo, especialmente en mi centro ya húmedo.
En el momento que se decidió por deshacerse de aquella prenda, se detuvo cuando se escucharon unos toques en la puerta.
-¿Mamá?