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Almuerzo familiar.
SARAH.
Lo primero que hice cuando llegamos a la Villa, fue dejar a Tristán con Alexander y me encerré en el despacho de mi padre para
llamar a mis abogados y que iniciaran las diligencias en el caso de Rachel, les pedi que llevaran el caso bajo perfil, nadie se
podia enterar que Rachel iba a declarar en contra de los Dubois, hasta el dia que estuviera todo perfectamente armado, ni
siquiera los abogados Richman podian saberlo, habla muchas vidas que corrian peligro y debia ser muy cautelosa con cada
paso que dariamos en este proceso.
No podia perder tiempo, tenia miedo de que Rachel se arrepintiera de confesar o que Paul se terminara enterando y le hiciera
dario para callarla.
Tras más de media hora de llamada, colgué el teléfono y me senté mientras procesaba todo lo que estaba pasando, no tenia ni
la más minima idea de porque Rachel habia cambiado de opinión y queria pensar que estaba redimiéndose, que quería reparar
el grave error que cometió, pero algo me decia que habia algo más detrás de su decisión, de cualquier manera, era una prueba
en contra de los Dubois, con eso era suficiente para que lo dejaran un buen tiempo en la cárcel, tiempo que aprovecharia para
encontrar pruebas hasta de lo más minimo, para que aumentara su condena.
Mi sonrisa se esfumó cuando mis fosas nasales se inundaron de un olor a quemado. Me levanté de mi asiento, dejando mis
cosas sobre el escritorio y sali apresurada del despacho en busca del lugar de donde provenia aquel olor, no fue dificil
encontrarlo, pues el humo salia de la cocina esparciéndose por el interior de la casa.
El pánico se adueñó de mi, al pensar que se trataba de un incendio y en vez de acudir a la ayuda de los bomberos, lo que hice
fue cubrir mi nariz mientras trataba de hacer paso entre el humo agitando mi brazo libre en el aire para adentrarme a la cocina.
No vi fuego por ningún lado, en cambio, me encontré con una escena que por poco me hace soltar una carcajada.
Alexander abría las ventanas para que el humo se disipara y movia de un lado a otro el paño de cocina, mientras el video de
alguna receta se reproducia en la tableta que estaba sobre la mesa, pronto me di cuenta de que la llave del lavaplatos estaba
abierta y que el humo era producto del agua que se derramaba sobre una sartén que lucia completamente quemado.
-Alexander, ¿qué estás haciendo?-cuando me escuchó, se exaltó antes de voltear a mirarme avergonzado, no pude aguantar la
risa al verlo con la camisa arremangada hasta sus codos y el delantal que Maga usaba para cocinar. Dejó de sacudir el paño de
cocina en el aire y posó sus manos en las caderas dándole un rápido vistazo al desastre que habia ocasionado y volvió a
mirarme con una sonrisa de inocente.
-Queria preparar el almuerzo para mi mujer y mi hijo, pero he confirmado que los negocios se me dan mejor que las artes
culinarias. dijo antes de acercarse al lavaplatos para cerrar la llave y se acercó a mi entre el humo que comenzaba a
desaparecer. No podia dejar de reir a la vez que me enternecia, pues Alexander jamás habia cocinado en su vida y se atrevió a
intentarlo para nosotros. Lo siento, cariño, queria sorprenderte, estaba siguiendo todo al pie de la letra, pero no sé qué hice mal,
al menos se han salvado los espaguetis.
Yme has sorprendido.-dije divertida mirando la sartén en el lavaplatos y Alexander butó antes de morder su labio inferior como
si estuviera descontento con él mismo. -Quiero probar los espaguetis que se han salvado. -dije pasando a la cocina, donde
había una olla con una cantidad muy grande de espaguetis, con eso podian comer veinte personas.
Alexander llegó a mi lado y me miró dubitativo cuando tomé una pequeña porción para probarlo, para ser honesta, no lucia muy,
bien, estaba pasado de cocción. No lo pensé dos veces y lo probé bajo la expectante y nerviosa mirada de Alexander. Mis
papilas gustativas percibieron de inmediato el exceso de sal y mastiqué con prisa para tragarlo rápidamente, evitando hacer una
mueca de disgusto, sin embargo, las ganas de toser me invadieron por completo.
-Sarah, por todos los cielos, no debi dejar que lo probaras. -Alexander no sabia qué hacer, miraba por todos lados en busca de
vaso con agua y me ayudó a tomarlo. Esa era la solución.-Perdóname, mi amor, por poco te mata mi comida, dijo al ver que la
tos desaparecia. -¿Sabes? Pediré comida, no quiero intoxicar a nadie.
Negué con mi cabeza terminando de tomar hasta la ultima gota y cuando estuve más calmada y sin el exceso de sal en mi
boca, hable.
-No hace falta, quédate y prepararemos el almuerzo juntos. -propuse porque no queria quitarle la ilusión de hacer un gesto tan
bonito por nosotros.
Los ojos de Alexander se iluminaran, pero negó con la cabeza,
No, de ninguna manera, yo... yo... -dejó la palabra en el aire cuando se dio cuenta de mi mirada, le estaba diciendo con los ojos
que no habla excusa válida para negarse, entonces, se pasó las manos por el delantal y dijo: –Arreglaré el desastre que dejé y
comenzamos.
No podia negar que disfruté cada segundo cocinando con Alexander, era la primera vez que compartiamos un momento como
este a pesar de los años que estuvimos juntos, esta nueva versión de Alexander me gustaba, estaba siendo más dedicado, más
atento, una mejor persona y, sobre todo, mucho más amoroso de lo que fue en el pasado.
Maga llegó con Tristán recién bañado y nuestro hijo quiso unirse a nosotros, Alexander lo alzó para que lo ayudara a pasarme
los
ingredientes que le pedia y entre juegos, risas y malos chistes de Alexander, terminamos de preparar espaguetis con salsa a la
bolonesa y comimos como una familia, como si no hubiésemos pasado por tantos obstáculos, tantos engaños, tantas traiciones.
Lo único que me impedia ser completamente feliz, eran los Dubois.
iciar una
Vincent llegó a la villa justo cuando terminamos de comer, por su rostro serio, parecia que el tema de Abby seguía
perturbándolo, pero él era el único responsable de quetas cosas marchen de esa manera, pues sabia que mi amiga estaba
dispues relación seria con él y hacerlo sentir querido, sin contratos de por medio.
-Ya estoy aqui, ¿de qué tienes que hablar conmigo?-pregunto con tono frio al sentarse en el sofa mientras frotaba sus
Siches,
Alexander y yo nos miramos al mismo tiempo, por el malhumor de mi primo, pues él no solia usar ese tono de voz cuando
hatilaba conmigo ni mucho menos lucia tan irritado.
No quise prestarte atención, ni immiscuirme en sus problemas, asi que fui directo al grano sacando el tema que tenia más
importancia en este momento,
-No quería decirtelo en la empresa porque habia muchas personas, pero quiero que sepas que Rachel va a confesar. -dejó de
masajear su frente y me miro como si no pudiera creer lo que acababa de decir,
Si, parecia irreal que Rachel hubiera tomado la decisión de hablar, pero para nuestra suerte, lo hizo.
¿Me estás hablando en serio? ¿Es seguro que lo hará? ¿No será una trampa? Puede ser que Paul se haya enterado de que
fuiste visitarla para convencerla y nos este preparando una trampa. -la desconfianza de Vincent me hizo dudar y me quedé en
silencio pensando en la gran posibilidad de que fuera cierto, podrian estar jugando con nosotros, con la ultima esperanza que
nos quedaba Antes de que pudiera responder con dudas, Alexander sacó su teléfono del bolsillo de su pantalón y lo dejó sobre
la mesa de centro,
-Tal vez este es el motivo por el que cambió de parecer. dijo Alexander antes de que una voz proveniente de su teléfono llegara
a mis oidos y de inmediato la reconoci, era Paul
“Estás soñando despierta. Te he dado dinero suficiente para que tengas una vida de lujos, no recibirás un solo centavo más de
mi parte, estoy haciendo demasiado partial prestarte los servicios de mis abogados. No estoy de humor para soportarte... Mira,
me importa cinco que no puedas disfrutar del dinero, sabias el riesgo que corrias y aun así aceptaste. Fnise te ocurra
siquiera mencionar el apellido Dubos. No vuelvas a llamame.”
Miré a Alexander sorprendida por aquella grabación que le hizo a Paul, la cual no habia hecho mención sino hasta ahora. Una
incómoda sensación se alojo en mi pecho de solo saber que me lo habla ocultado cuando recibi la llamada de Rachel y hasta
ahora me enteraba de esto, ahora entendia porque no estaba tan sorprendido como yo.
Esta es una buena evidencia para la confesión de Rachel. Buen trabajo, Alexander. Aumentaré la seguridad de los Duncan, no,
mejor los sacaré del pais, Rachel està arriesgando mucho. -Vincent se levantó del sofá y salio al jardin mientras te marcaba a
alguien en su teléfono.
Aproveché que Vincent nos dejo solos y me giré para mirar inexpresiva a Alexander, este evitó mirarme al jugar con Tristan que
estaba revoltoso sobre sus piernas.
¿Hay algo más que el gran Alexander Lancaster se le haya olvidado decirme?-pregunté con una falsa sonrisa, a pesar de que
no era un tema que nos perjudicara sino más bien que nos beneficialia, no podia dejar de sentirme descontenta, se supone que
no nos ibamos a ocultar ni lo más minimo y si no hubiésemos sacado el tema seguirla sin mencionarlo,
Alexander me miró en silencio por un momento como si se estuviera debatiendo mentalmente y pude ver como su manzana de
Adán se movia de arriba abajo al tragar en seco.
-Sarah, no se me olvidó decirtelo, no te lo dije antes porque estaba esperando a Vincent para informárselo a ambos. -su
respuesta no me convencia del todo y su lenguaje corporal me dejalía inquieta. -Lo siento, de haber sabido que te enojarias por
eso, te lo hubiese dicho desde el primer segundo que te vi.
-No me enojo, sola me preocupo, ya sabemos como terminó todo por ocultarnos tanta informacion relevante.-respondi siendo
sincera, la falta de comunicación y de confianza fue la que arruinó nuestro matrimonio, no quisiera que se repitiera la historia.
-Lo sé, pero no te he ocultado esta información, no me mires asi, vas a asustar a Tristan.-puse mis ojos en blanco cuando uso a
nuestro hija como excusa y suavicé la mirada cuando se acercó más a mi sin dejar de jugar con las manos de Tristán.-Vale, lo
siento, ha sido mi intención preocuparte. ¿Te parece si olvidamos este pequeño inconveniente con una cena en familia?
Solté una ligera risa al escuchar su propuesta y negué de inmediato con la cabeza.
-Por el bien de todos, no volverás a entrar sin compania a la cocina. -le adverti recordanda que por poco provoca un incendio y
se rio divertido, contagiando a Tristan quien rela sin saber el motivo.
-Se están burlando de mi, estupendo, fingió estar ofendido. -Te tengo buenas noticias, tu cocina estarà a salvo. Los llevaré à un
lugar fuera de la ciudad, donde podremos olvidarnos de los problemas, aunque sea por unas horas y de paso me perdonas, o
prefieres que me gane tu perdón de otra manera? -susurró esto ultimo cerca de mi rostro y abri mis ojos con sorpresa por
atreverse a decir aquello al frente de Tristán,
-Ya tengo todo arreglado, los padres de Rachel dejarán el pais hoy mismo, estarán muy bien escondidos y protegidos en
Londres. – Vincent llegó interrumpiendo nuestra conversación y le agradeci mentalmente, pues no sabia ni qué responderle a
Alexander, pues la idea no me desagradaba.
Gracias, Vincent, en verdad espero que todo salga bien sin tener ni una pérdida. -dije alejándome un poco de Alexander y
disimulando que sus palabras me habian puesto los pelos de punta.
Todo va a estar bien, estamos un paso adelante y ellos no lo saben, el panorama está mejorando. respondió Vincent con mejor
ánimo que el que tenía cuando llegó, pero se arruinó todo cuando una Abby de muy buen humor entró por la puerta. Pero no
para mi. -Vincent susurró para si mismo, pero logré escucharle.
-Hola todos. -Abby saludo con una sonrisa alegre que podia contagiar a cualquiera, menos a Vincent, quien frunció el ceño
antes de levantarse de un salto y acercarse a ella fingiendo que por dentro estaba furioso con ella y aclaró su garganta antes de
hablarle.
¿Podemos hablar?-le preguntó con la mandibula tensa y ella lo miró con una ceja enarcada antes de asentir con la cabeza y
volvió a salir por la puerta con la intención de que Vincent la siguiera. -Con permiso, es que, necesito....
Anda por ella, no necesitamos explicaciones. -Alexander lo alentó y Vincent se fue después de soltar un suspiro. -Tendré que
darle algunos consejos a mi primo.-me giré bruscamente para mirarlo mientras soltaba una carcajada en su cara.
Que no sean de cocina, por favor,.