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La mamá de mi hijo será mi mujer

Capítulo 35
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Capítulo 35

Aloir esto, Tessa sintió que su corazón se estrechaba de angustia. Nicholas se puso a un lado y su

corazón también se conmovió. En ese momento, los ojos llorosos de Gregory estaban llenos de anhelo,

lo que hacía que se sintiera mal por él y con el deseo de dárselo todo.

Nicholas no pudo decir que no, así que solo miro a Tessa y le preguntó en voz baja:

-Señorita Reinhart, si no le importan las molestias, ¿se quedaría aquí de vez en cuando y acompañaría

a Greg?

Se sorprendió de que le permitiera quedarse. Al ver la cara de Gregory llena de expectativas, no pudo

soportar rechazar al chico, así que asintió con la cabeza de inmediato. La tristeza en el rostro de

Gregory se disipó al instante y sus ojos se iluminaron de alegría.

Al ver que por fin era feliz, ella se había relajado.

Al ver esto, Nicholas se sintió impotente, pero su rostro seguía siendo serio.

-Ya que las circunstancias lo exigen, puedo acceder a tu petición, pero sólo por esta vez. No puedes

tentar a la suerte en el futuro.

Gregory asintió rápido.

-¡Está bien, no lo haré! Te escucharé obedientemente en el futuro. -Luego, le preguntó a Tessa-:

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Señorita bonita, dormirás en la habitación contigua a la mía, ¿de acuerdo?

Tessa sonrió con gracia.

-Mientras tu padre no opine, me parece bien.

Sonrió de oreja a oreja y comentó:

-No se preocupe, señorita bonita. Papá no va a opinar. Por supuesto que no. —«Mientras yo esté aquí,

ipapá seguirá lo que yo diga!»

Entonces, la mirada de Nicholas se suavizó y preguntó:

-¿Puedes comer bien ahora?

-Sí. -Gregory engulló de inmediato su comida con buen talante. Cuando estaban a punto de terminar de

comer, una voz llegó de repente desde fuera-, ¡Mi querido Greg, he venido a verte!

Miró y se alegró mucho.

–¡Abuela!

Después de dejar su cuenco, corrió rápido y se lanzó a los brazos de Stefania.

-¿Por qué estás aquí, abuela?

Stefania lo cargó con una sonrisa cariñosa.

-Por supuesto que he venido a verte; ¿has comido ya?

-Ya he comido. Ya estoy lleno -contestó Gregory obediente y, justo después de terminar de hablar,

vislumbró por el rabillo del ojo a Yana y Roselle detrás de Stefania. ¡La madre y la hija en verdad

vinieron!

Al ver esto, el niño dejó de sonreír de repente y frunció el ceño, como si no les diera la bienvenida. Sin

embargo, siguió manteniendo una mirada educada y saludó:

-Hola, señorita Gingham. Hola, señora Gingham.

Roselle mantenia una sonrisa en su rostro, pero sus ojos sostenían una mirada aguda. Cuando entró

hace unos momentos, vio a los tres sentados en la mesa del comedor, hablando y riendo como una

familia Aquella armoniosa escena la hizo sentirse incómoda, pero no se atrevió a demostrarlo y sólo

pudo contenerse como resultado.

Nicholas se sintió algo descontento al ver que tanta gente había llegado de repente a la villa. Después

de todo, él era una persona reservada y prefería la serenidad. Sin embargo, lo disimuló bien, pero su

tono fue un poco piano al preguntar:

-Mamá, ¿por qué no me avisaste antes de venir?

–He venido a ver a mi nieto, ¿por qué iba a avisarte? -Stefania respondió con crudeza. Al mismo tiempo,

asintió a Tessa-. Señorita Reinhart.

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Tessa se levantó y saludó:

-Señora Sawyer.

Luego, también asintió a Yana y Roselle. Cuando vieron eso, sintieron un asco indescriptible, pero

tuvieron que poner sonrisas falsas. Como la atención de Stefania estaba por completo en su precioso

nieto, no se dio cuenta de la reacción del dúo.

-¿Cómo fue tu clase de violín, Greg?

Cuando Gregory lo oyó, dijo contento:

-Hoy he aprendido una melodía. ¿Quieres escucharla, abuela?

Una sorprendida Stefanía respondió:

-¿En serio? Claro

-De acuerdo. -Gregory fue de inmediato a buscar el violín y, tras hacer una pose, comenzó a tocar la

melodía que acababa de aprender por la mañana.

Una vez terminada la melodía, ella estaba eufórica y lo elogiaba una y otra vez mientras lo sostenía:

-¡Greg, eres muy bueno! Ya te has aprendido una melodía en sólo una mañana. Me gusta mucho.

La carita de Gregory se iluminó tras escuchar los elogios, pero luego se volvió hacia Tessa.

-Abuela, todo esto lo enseña la bella señorita. Es increíble.

En cuanto salieron estas palabras, todas miraron a Tessa con sentimientos encontrados.