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Capítulo136
Después de hablar, se sintió arrepentido de sus palabras y rápidamente apartó la cara y se dio dos
golpecitos en la boca.
Las cejas de Alejandro estaban pesadas, y sintió una fría tristeza que recorría todo su cuerpo. Su
corazón parece que estaba sumergido en el agua helada del lago invernal cuando vio las luces
brillantes de la familia Pérez desde sus ojos oscuros y oyó vagamente el sonido de la alegría y las
risas.
Como novia de Diego, Irene parecía ser muy popular en la familia Pérez.
Al principio, él pensó que la red social de la familia Pérez era complicada. Además de la difunta
esposa de Julio, también había tres esposas más. Aunque no habían formalizado la relación,
también habían contribuido a la descendencia de la familia Pérez.
Si Irene quería entrar en la familia Pérez, su situación seguramente sería muy difícil y se retiraría
debido a esas tres esposas, que eran como tres montañas.
Sin embargo, no esperaba que ella pudiera llevarse tan bien con los familiares de Diego. ¡Incluso
podía escuchar sus risas y conversaciones desde tan lejos!
¿Cuánto le gustaba a la familia Pérez esta mujer…?
Con estos pensamientos, Alejandro notó que su expresión se volvía aún más rígida y pálida, su
corazón estaba lleno de una opresión sin precedentes, y no podía respirar.
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-¿Tienes cigarrillos? Quiero fumar.
-¡Flores, he vuelto! – Clara gritó a pleno pulmón tan pronto como entró en la sala.
-¿Por qué tardaste tanto? ¡Estoy tan hambrienta que casi vomito!
Julio se quejaba mientras caminaba apresuradamente junto a Javier.
-¡Ay, ay, ay, te vistes muy bien, Flores! ¿Qué pretendes con ese aspecto tan elegante? ¿Quieres
superar a todos los hombres de la familia Pérez? -Clara bromeó mientras vio a su padre.
Esta noche, Julio llevaba un chaleco de traje con una camisa blanca. Del bolsillo de su chaleco
colgaba una fina cadena de oro con un reloj de bolsillo. Su rostro aún definido y apuesto aunque ya
esas series de televisión.
-¿Superar? No hace falta.
Julio levantó una ceja: -Incluso si me visto casualmente, puedo ir a hacer películas. Si retrocede treinta
años y que mi imagen sea contemplada por innumerables mujeres en un calendario.
-Pero… Papá, usar la palabra contemplar es bastante ominoso. Normalmente se usa para los
difuntos… -le recordó Javier en voz baja.
-¡Maldición, chico! Si no hubieras dicho nada, ¿quién se habría dado cuenta? – Julio lo miró de
reojo con el ceño fruncido.
Todos los demás: ¡Todos nos dimos cuenta, excepto usted!
-¿No han informado a tu sexta hermana, séptimo hermano y hermanita para que regresen?–
preguntó Clara preocupada.
-Señora, si usted lo ordena, ¿cómo podríamos atrevernos a no hacerlo?– Leticia sonrió con
complicidad. No se preocupe, no les hemos dicho nada.
-¡Vaya! Así que fue a propósito que no dejaron que ellos regresaran. Pensé que no tenían
conciencia de ello, así que no lo sabían- exclamó Julio con cierta pesadumbre. -Esta noche es
una cena familiar. Deberían haber llamado a los niños para que volvieran y nos reuniéramos.
-La sexta hermana se casó en Sen Country, está tan lejos. ¿Cómo podríamos molestarla pidiéndole
que regrese? El séptimo hermano está ocupado con su trabajo en la comisaría, resolviendo casos.
Nuestra hermanita tiene exámenes y necesita concentrarse en estudiar. ¡No seas irrazonable! ¿No
es suficiente tener a todas estas personas aquí contigo?-Clara regañó directamente a su padre.
-¿Y qué hay de Juan? Ese chico no hace nada nunca, siempre está ocioso. Está aquí mismo en la
Ciudad de México, a solo dos horas en coche. ¿Por qué no vino? ¿Está muerto? -Julio se molestó en
cuanto mencionó al cuarto hijo.
-En cuanto a Juan…
Clara no había terminado de hablar cuando se escuchó una voz clara y melodiosa detrás de ella.
-Estaba esperando a que me regañara. Si no hablas, ¿cómo voy a tener la oportunidad de hacer mi
gran entrada?
Todos se volvieron para verlo, con las manos casualmente metidas en los bolsillos de su gabardina
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Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmcabeza.
-Señor Pérez, estoy vivo y bien. Lamento decepcionarlo.
La aparición repentina de Juan hizo que Leticia y María se retiraran hacia atrás, y sus sonrisas se
atenuaron considerablemente.
Ellas sabían que Juan odiaba profundamente a esta familia, y las odiaba aún más a ellas. Así que en
este momento, ser un fondo seguro era lo mejor.
Clara soltó un suspiro de alivio en secreto.
Así es, este tipo es esquivo, como si estuviera jugando al escondite hasta el último momento, evitando
esta familia como si estuviera evitando fantasmas.
-¿Dónde está la comida? ¿Aún no está preparada? Vamos, comamos rápido para que pueda irme a
hacer nada y no estar ocupado.
Juan clavó una mirada significativa en el rostro de Clara.
Eso significaba: He cumplido mi misión, lo que me prometiste, así que tu enfado debería haber
desaparecido.
Los ojos brillantes de Clara parpadearon pero intencionalmente no respondieron a esa señal visual.
En la sala de estar, la presión se redujo considerablemente de repente.
Julio estaba tan enfadado que se frotó la mandíbula, luego se acercó con la cara seria a Juan.
-Quiero una foto reciente tuya, envíamela.
-¿Para qué?
-¡Joder! ¡Temo que un día desaparezcas de verdad y no tenga ni una foto para usar como imagen
conmemorativa! ¡Envíamela de inmediato!
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