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Capítulo77
Alejandro frunció los labios mientras sus ojos negros se estrechaban intensamente, su mirada parecía
presagiar una tormenta inminente.
Lentamente soltó la mano que tenía alrededor de Beatriz.
Beatriz se aferró a la cintura de Alejandro como si fuera un náufrago que perdiera su salvavidas, sin
preocuparse por su herida en la mano. Rápidamente dijo: -Alejandro, no es así. Fue Irene quien me
provocó primero. ¡Realmente no la he molestado! Noa no tiene una mente muy clara, no
debes creer lo que dice.
-¿Una mente no muy clara? Aunque su peinado no sea muy bueno, sus palabras sobre los hechos y
las consecuencias son bastante claras–dijo Rodrigo con una risa fría. Para salvar la cara de su
hermano, no dijo algo demasiado ofensivo.
Incluso un playboy tan frío y desinhibido como él no tenía interés en Beatriz, pero Alejandro la
Follow on NovᴇlEnglish.nᴇtconsideraba su interés amoroso y estaba cegado por ella, como si estuviera bajo un hechizo.
-Irene no te lastimó, ¿verdad?– Alejandro inhaló profundamente, tensando su voz.
Con los testigos presentes, Beatriz comenzó a sudar frío y no se atrevió a mentir más.
-Entonces, ¿estás difamándola?
La palabra -difamación- hizo que Alejandro sintiera un pesado nudo en su pecho, como si le
hubieran disparado con miles de flechas.
-No es así… Beatriz estaba asustada, su cuerpo temblaba, y de repente perdió el conocimiento
debido a la tensión y la pérdida de sangre.
La escena se convirtió en una ridícula farsa que terminó con Beatriz siendo apresuradamente
metida en una ambulancia por un grupo de personas en pánico.
Cuando Aarón llegó apresuradamente, Clara ya estaba acompañando a Leticia en el
estacionamiento subterráneo.
-Señorita, lo siento, soy culpable. Sucedió algo tan grave y no estaba a su lado–dijo Aarón al ver las
manchas de sangre en el pañuelo blanco que Clara sostenía con la mano izquierda, su corazón
se hundió de repente. -¿Cómo te lastimaste? ¿Quién te hizo esto? Iré y me encargaré.
-No es nada, Aarón. Sé que tenías asuntos importantes que atender en la empresa, esto no es más
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Mientras hablaba, Clara miró fijamente a Leticia. -Leticia me ha ayudado a resolver todo.
-Como la persona mayor, en realidad no te he ayudado a manejar esto correctamente–recordó
Leticia cómo fue atacada por los miembros de la familia Hernández hace un momento, su corazón
estaba lleno de odio y dolor. Clara, ¿por qué no revelas tu identidad? ¿Por qué tienes que soportar
esta injusticia? Deberías decirles que eres la señorita de nuestra familia Pérez y hacerles saber
qué precio deben pagar por ofender a la familia Pérez.
Clara sacudió la cabeza con despreocupación. -Leticia, ya me he ido de la familia Hernández. No
Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏmquiero que sepan nada sobre mí. Esas personas, sin importar lo sucias, malvadas o despreciables
que sean, siempre estarán atrapadas en la vida de Irene. Pero en mi vida, en la vida de Clara, nunca
volverán a aparecer. Incluido Alejandro.
Aarón se sorprendió de repente al darse cuenta de que Leticia también sabía sobre el matrimonio
de la señorita.
-Sí, mientras puedas entenderlo, dejemos que el pasado se desvanezca con el viento.
Leticia apretó los labios y no pudo evitar reír. -Afortunadamente, María Fernández no vino hoy, de
lo contrario, seguro que esto se convertiría en un baño de sangre.
-María es alguien que busca venganza, siempre busca ajustar cuentas–respondió Aarón.
Las dos mujeres de la familia Pérez se rieron y bromeando por un momento. De repente, Leticia
abrazó a Clara y su voz se quebró.
-Clara, todavía siento pena por ti…
-No tengo pena–Clara se le llenaron los ojos de lágrimas, y con una sonrisa tranquilizadora le dijo:
-Con ustedes aquí, no tengo nada de qué lamentarme.