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Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 223
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Capítulo 223

—¢Por qué preguntas eso?— susurré Evrie con voz baja —Solo quiero saber, gpor qué quieres ser mi novio?— —El punto de salir con alguien es que te gusta, si nogustaras, gpor qué razon iba a salir contigo?— En la oscuridad, la voz del hombre sonaba profunda y grave.

Evrie, casi por instinto, la abrazo por la cintura.

— Pero qué te gusta de mi?—

Farel respondié, —Tu terquedad. —

Evrie se quedo en silenpor un momento.

—Tu cabezoneria, a veces es hasta linda.

Evrie estaba enfadada y avergonzada a la vez, intent taparle la boca con la mano.

Pero Farel le agarré las mejillas y la beso.

Se besaron durante un largo tiempo, hasta quedar sin aliento. Fue entonces cuando Farel la soltd. —No deberias pellizcar la cintura de un hombre asi de repente. —dijo él con la voz ronca.

—Y eso por qué?—

—Porquedan muchas ganas de hacerte mia.—

Evrie se quedo sin palabras.

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En la oscuridad del Parque LR.

En los alrededores resonaban gritos de dolor, zumbidos de electricidad y el sonido de golpes.

Habia gente corriendo y haciendo sentadillas en el parque.

Se acercaba el fin de mes, que era el momento de rendir cuentas.

Aquellos cuyos resultados no eran satisfactorios recibian castigos de distintos calibres.

Leandro estaba sentado en un sofa europeo de lujo, con una hilera de mujeres hermosas y curvilineas frente a él, todas con rostros estaban llenos de miedo y temblando.

Leandro las miré y sefiald a una chica de aspecto inocente. —Ella se queda, las demas pueden irse.—

Al oirlo, las mujeres huyeron rapidamente, dejando solo a la chica, quien se quedo. La chica se sentia insegura a solas con ese hombre.copy right hot pub

— ¢Cémo te llamas, cuantos afios tienes? —Le pregunt6 Leandro.

llamo Fresa, tengo veinte afios.—

La voz de la chica temblaba al hablar.

Leandro levanto la vista, sus ojos mostraban una calma total, y dijo —;Cuanto tiempo llevas aqui?—

Si no fuera por su posici6n en la jerarquia, la chica podria haber pensado que era un buen hombre, amable y culto. —Dos, dos meses. —respondié la chica honestamente.

—Tan obediente en solo dos meses, parece que eres lista.—

Leandro sonrié y su mirada fria recorrid sin pudor el cuerpo de la chica.

La chica era bastante guapa, con una linda cara, y esa inocencia en sus ojos y boca alin no se habia disipado. Leandro recogié un camison con aprey se lo lanzo a la chica.

—Poéntelo.—

La chica se quedo perpleja, sin entender qué queria hacer.

Pero no se atrevid a desobedecer a Leandro, asi que tom6 el vestido y comenzo a cambiarse alli mismo, no paraba de temblar.

Al quitarse la ropa exterior, su piel mostraba moretones y cicatrices, todos eran marcas de castigos por no cumplir con las metas.

Rapidamente se puso la nueva prenda.

Afortunadamente, le quedaba bien.

La mirada de Leandro se fijo en ella y se quedo inmovil.

Era muy parecida.

Incluso la forma de su cuerpo y su aire ingenuo eran similares.

Leandro trag6 saliva y se acercé a ella, presionandola facilmente contra la pared del televisor. Levanto su mano y agarré su barbilla.

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—Bésame.— Dijo Leandro con un tono autoritario.

La chica estaba aterrorizada, estaba temblando tanto que apenas podia mantenerse en pie.

Al escuchar la orden de Leandro, la joven Fresa contuvo la respiracion, se puso de puntillas y lentamente se acerco a él.

Justo cuando sus labios estaban a punto de encontrarse, Leandro agarro su rostro.

Lagrimas caian por las mejillas de la joven Fresa, salpicando el dorso de la mano de Leandro.

—¢Por qué lloras?—

Leandro la mird fijamente, y la calidez de sus ojos se convirtid repentinamente en una mirada gélida.

—Ella no lloraria, ella es terca, no se asustaria asi por mi culpa. —Leandro apret6 su cuello friamente, —Traga esas lagrimas.—

La joven Fresa estaba palida de miedo, no se atrevid a moverse. Pero las lagrimas caian sin control de su rostro, como perlas sin hilo.

Cuanto mas miedo tenia, mas lagrimas caian.

Hasta que finalmente, no pudo mas y colaps6 en el suelo, sollozando.

equivoqué, por favor nogolpees, te lo suplico, déjir— Leandro la miraba desde arriba, estaba bastante decepcionado con la chica. Una inutil.

Todos para Leandro eran inutiles.

Leandro no aguantaba mas y se agaché, sus largas manos tomaron el cuello de la muchacha y sin piedad apret6 con mas fuerza.

—estas haciendo perder el tiempo!— grufié Leandro con ira. La chica empezo a asfixiarse, su rostro se volvié palido en seguida.

En ese preciso momento, la puerta de la habitacién se abrid desde afuera.