We will always try to update and open chapters as soon as possible every day. Thank you very much, readers, for always following the website!

Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 233
  • Background
    Font family
    Font size
    Line hieght
    Full frame
    No line breaks
  • Next Chapter

Capítulo 233

Evrie no podia dormir tranquila.

Tenia la imagen de Oscar, tan desfigurado y lastimado, grabada en su mente.

Dura ratos, despertandose cada dos horas.

Farel no habia vuelto aun. Quién sabe qué estaria planeando con Joan.

Tras pensarlo un poco, Evrie deciir sola a visitar a Oscar.

Por suerte, conocia a la enfermera Rena, quien la llevé directo a la habitacién de Oscar. Oscar ya estaba despierto.

Tenia las manos vendadas y una pierna enyesada. Su cara estaba hinchada y amoratada, parecia una masa de pan inflado, era una vision dolorosa para

Evrie. Al ver a Evrie, 6l comenzo a llorar como un nifio.

—Evrie... Pensé que nunca te volveria a ver. gSabes lo que he sufrido estos dias?has dejado en la ruina.

Evrie respondié: —Yo no te engajié para vinieras al Triangulo Norte a jugar.

Follow on NovᴇlEnglish.nᴇt

Oscar sollozé atin mas fuerte: —Solo habia perdido quinientos mil. Sihubieras transferido el dinero para pagar mi deuda, ~acaso habria estado en esta situacién?

Evrie estaba sin palabras. —;Por qué deberia pagar tu deuda? ~Acaso te debo algo?

Oscar, sintigndose culpable, se quedo callado.

Se cuenta de que Evrie habia cambiado bastante. Ya no era tan docil como antes.

Evrie habia ido con buena intenci6n, pero la conversacion le enfrid el corazon.copy right hot pub Se despidié con un simple: —Cuidate.

Y se fue sin mas.

Oscar la llamo desde atras: —, Cuando vamos a regresar? No quiero estar aqui ni un dia mas. Por favor, lléva casa. —Cuando estés mejor, la embajada vendra por ti. —contest6 ella.

—gLa embajada? ,Entonces van a juzgapor entrar ilegalmente y por apostar?

Oscar estaba nervioso.

Después de todo, habia infringido la ley al salir del pais y por jugar en los casinos, lo cual era ilegal. Evrie dejo caer con ligereza: —Entonces preparate para la carcel.

Oscar se qued6 mudo.

Al volver a la habitacién, Evrie encontré a Farel que acababa de regresar.

Los dos estaban agotados, él con ojeras y una mirada cansada.

Evrie sinpena por él.

Lo acomod6 en la cama, le arrop6, y le pidid que descansara.

—Ven aqui. —Farel le un golpecito a la cama y Evrie obedecid, acostandose a su lado. El desprendia un aroma fresco y limque tranquilizaba a Evrie.

Ella se acurruco en sus brazos, escuchando su respiraci6n, sin moverse.

— Quieres regresar, verdad? —le pregunto Farel de repente.

Evrie asintié en silencio.

La vida en aquel lugar era un constante temor y ansiedad, y casi habia olvidado lo tranquilo que era vivir en su pais.

Farel le acaricié la cabeza, con voz ronca y suave le dijo: —Pronto. Cuando capturemos a Zeus, regresaremos.

Evrie asintid con entusiasmo. La caida del Parque LR de Leandro era el princidel fin para Zeus. —Ya veo. —Evrie entendid.

Follow on Novᴇl-Onlinᴇ.cᴏm

No era de extrafiar que Zeus fuera tan diferente y perturbador.

Algunas personas simplemente nacen malas.

En una fabrica abandonada en el Triangulo Norte.

Zeus estornudé de repente, estaba cubierto de barro y en un estado lamentable. Leandro y Natalia tampoco estaban en mejor forma.

El Parque LR habia caido por completo, todos sus pasajes secretos habian sido destruidos, y la organizacién de Leandro habia sufrido enormes pérdidas.

Muchos habian huido aprovechando el caos.

Y en esos momentos de debilidad, los enemigos de Leandro habian salido a cazarlo.

Ellos habian caido en desgracia de la noche a la mafiana.

El semblante de Leandro se torné sombrio.

Esta vez, Evrie realmente les habia jugado una mala pasada.

Habia sido demasiado arrogante, nunca se imaginé que Evrie lograria escapar.

Para ser mas precisos, nunca penso que Farel arriesgaria tanto como para sacar a Evrie de ahi.

Farel, ese tipo fcomo un témpano de hielo, que parecia no tener interés en las mujeres, habia salvado a una. Era para morirse de la risa.

Zeus siguid maldiciendo con ira—esa mujer es mi maldita némesis, apenas tenga la oportunidad, voy a acabar con ella de un tiro—.