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Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 238
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Capítulo 238

Evrie estaba desesperada por alejarse de él.

Sus manos estaban atadas con una cadena de hierro que Leandro habia enrollado firmemente alrededor de ellas, inmovilizandolas en la cabecera de la cama.

Yacia en la cama en una posicién humillante, como un pez a punto de ser sacrificado.

El panico la invadia por completo, cerré los ojos desesperadamente, su mente estaba en completa oscuridad, sin rastro de luz. La respiracion de Leandro se acercaba, con un olor a sangre insoportablemente fuerte.

Justo cuando él estaba a punto de hacer algo mas...

Alguien golpeé la puerta.

—Sefior Reyes, hay algo urgente...—

Leandro se detuvo, su expresion se ensombrecid.

Se levanté de Evrie no muy contento, desatd rapidamente la cadena de sus mufiecas y la miré profundamente, dejandole solo una advertencia:

—Quédate quieta y no hagas tonterias.— Cuando Leandro se fue, Evrie se apresuré a vestirse, temblando acurrucada al pie de la cama.

La escena que acababa de vivir no la habia sacado de su panico; abrazaba sus rodillas, acurrucada en un rincon sin atreverse a moverse.

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Era terrible, era la desesperacion misma.

Cada minuto, cada segundo, era como caminar sobre la cuerda floja.

Nunca sabia cuando caeria en un abismo sin fondo.

Después de que Leandro se fue, tard6 mucho en regresar.

Paso mucho tiempo antes de que alguien entrara y le arrojara un paquete de toallas sanitarias. Por el empaque, podia ver que estaba escrito en portugués.copy right hot pub

Evrie, reuniendo fuerzas, rasg6 el paquete y se puso una toalla sin dudarlo.

Luego agarré la fina y descolorida manta de la cama y se envolvié en ella.

Necesitaba conservar su energia, mantenerse sana, seguir viviendo.

El sotano estaba oscuro, siempre iluminado por una luz amarillenta, sin distinguir entre el dia y la noche, sin saber la hora ni el lugar.

Solo sabia que estaba en Brasil. Leandro debia tener varios escondites, y este era solo uno mas.

Evrie se qued6 dormida en un estado de confusion y se desperto aturdida, escuchando como las chicas de al lado salian ‘a trabajar’ una tras otra y volvian después de mucho tiempo.

Asi se repetia, una y otra vez.

Ella cont los dias en su mente.

Tres dias.

Durante tres dias enteros, habia estado encadenada en el sdtano, sin agua ni comida, sin que nadie la atendiera. La vista de Evrie se nublaba, su mundo se oscurecia, no tenia fuerzas.

Tal vez era mejor asi.

Pensaba que seria mejor morir que ser tratada como un ‘hombre cerdo’, viviendo una vida peor que la muerte.

En las calles de Brasil.

Un coche discreto estaba estacionado y Farel estaba sentado en el asiento trasero, los ojos rojos de cansancio. —¥ Todavia no la han encontrado?—

Joan informé con dificultad: —Ya hemos triplicado la busqueda, pero atin no hay noticias de la sefiorita Evrie— Habian estado siguiendo a Leandro desde hace tres dias.

Pero estaban en el extranjero, y muchas acciones estaban limitadas.

Sabian que Leandro y Evrie estaban en Brasil, pero no podian encontrar su paradero.

Y con Leandro escondiendo a Evrie a propdsito, encontrarla se volvia atin mas dificil.

Farel habia gastado mucho dinero, pidiendo ayuda a los poderes locales, invirtiendo en la busqueda.

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—Si, entendido.—respondi6 Joan, continuando con sus llamadas.

Farel se masajeo las sienes y miré a través de la ventana hacia las bulliciosas calles.

De repente, de reojo la figura de un mendigo flaco que pasaba rapidamente.

Sus pupilas se dilataron, abrié la puerta del coche y corrié hacia él.

Cruz6 la calle rapidamente y agarr6é al pequemendigo, pero al mirar de cerca, la esperanza en sus ojos se desvanecid. No era Evrie.

Cerré los ojos y solt6 su mano.

En las calles de Brasil, su alta estatura se destacaba, y el tono azul de su mirada se intensificd ain mas.

—No, élenfrenta a mi, solo usara a Evrie para provocarme, esto es una cuestin de orgullo entre hombres.—

Farel respir6é hondo, sus ojos reflejando una claridad excepcional, —Realmente podria hacerle algo a Evrie si ella es mi punto débil. —

Joan no se atrea decir nada, soltando un suspiro en la oscuridad.

~Desde cuando su jefe empezo a considerar a Evrie como su punto débil?

Era para morirse.

~Como se supone que alguien como él siga en el juego si tiene un punto débil? —A la orden. — contest Joan.

Encenel motor y el coche se alejé lentamente.