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¿Tuvimos un hijo

Capítulo 309
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Capítulo 309

Anastasia verdaderamente no se sentia como si se mereciera a Elias y grazno:

– Elias, no tienes que bajarte de nivel de esta manera. Tú mereces a una mujer mejor que yo en tu

vida; toma la señorita Durazo, por ejemplo.

-¿Y dejar que tú y Mario estén juntos? ¿Crees que yo no le llego ni a los talones como para ser un

miembro de la familia Torres? -argumento. El se iba a enojar de verdad si ella lo seguia empujando a

estar con otra mujer. Estaba tiesa por la sorpresa cuando escuchó su pregunta.

«¿Desde cuándo se empezó a anhelar casarse dentro de la familia de la mujer?».

– ¿Por qué no vuelves a casa, Elías? ¡Ya es muy tarde y tú tienes que ir al trabajo mañana! – Ella ya

estaba cansada de estar junto a él y queria que se fuera ya, pero vio que no se estaba moviendo de su

lugar, por lo que tuvo que acercársele para darle un empujón en su pecho tan firme para comenzar a

correrlo. -Fuera, fuera-. Pero él agachó la mirada para ver las manos suaves que estaban en su pecho

e hizo un puchero mientras zumbaba.

-Que ni se te ocurra hacer que me vaya sin haberme dado un beso de buenas noches. – Toda la

sangre en el cuerpo de Anastasia pareció que salió disparada hacia su cabeza cuando lo escuchó,

pero le dio un beso en su mejilla.

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– Andale, pues!

– Labios -exigió el hombre de manera cortante. Solo había una manera para hacer que él se fuera, por

lo que se paró sobre las puntas de sus dedos y le dio un beso gentil en sus labios delgados.

– ¿Ya acabaste? -Con eso, el hombre por fin se dio la vuelta y se marchó por la puerta, fue como si

ella hubiera ganado la guerra de una vez por todas y pudo respirar con mayor tranquilidad tan pronto

como cerró la puerta. Ella se puso a pensar sobre eso y no podía comprender que le daba el derecho

a ese hombre como para amenazarla de esa manera.

Elías regresó a su auto con un aspecto deprimido y luego le hizo una pregunta a Ray:

-Ray, calguna vez has ido detrás de una mujer de manera exitosa? ¿Te molesta si me compartes tu

experiencia conmigo? – Pero el asistente tan solo giró su cabeza apenado y murmuro:

-Presidente Palomares, yo nunca he tenido una novia. – Elías se detuvo por unos segundos después

de escuchar sus palabras y cuando volvió a hablar, le preguntó:

-Es probable que estés demasiado ocupado con el trabajo que te he dado, ¿quisieras tomarte unas

vacaciones?

-Eso no será necesario, presidente Palomares. A mí me agrada hacer este trabajo. -Ray estaba

acostumbrado a ese tipo de intensidad laboral y desde el día que se convirtió en el asistente ejecutivo

de Elías, él ha estado disfrutando ese sentido del logro por hacer su trabajo. Elias pronto se cansó de

la conversación; miraba hacia afuera de la ventana y hacia las luces de neón, su mente

estaba llena del rostro terco de Anastasia. Se sentia molesto de como su relación se había quedado

estancada por tanto tiempo. Presidente Palomares, ésiente que algo no está bien con su relación con

la señorita Torres? Yo tengo una sugerencia, tal vez le gustaría escucharme – sugirió Ray.

-Soy todo oidos. – Ese era el problema exacto del que se preocupaba Elías. Ir detrás de una mujer

nunca fue algo que el fuera bueno haciendo; de hecho, el jamás se había sentido interesado en las

mujeres hasta el momento que conoció a Anastasia.

– Presidente Palomares, usted también tiene que poner atención a sus propios métodos y estrategias

para acercarse a las mujeres; por ejemplo, usted tiene que dar un paso atrás para que pueda avanzar.

Debería darle un poco de espacio a la señorita Torres para que ella sepa qué es lo que quiere su

corazón. -Pese a que Ray no tenía nada de experiencia con el amor en lo más remoto, aun sabia una

que otra manera para llegar al corazón de una mujer. Elias consideró que sus palabras fueron

bastante interesantes, así que se puso a reflexionar sobre lo que dijo. De repente, mostró una sonrisa

malvada a la vez que su humor mejoraba debido a que sabia con exactitud lo que tenía que hacer

ahora.

Mario acababa de salir de la residencia Torres y apenas llevaba conduciendo por la carretera por un

breve rato cuando su celular comenzó a sonar. El nombre que apareció en el identificador de llamadas

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era el de Noemí, cuyo número había guardado en su celular.

-Hola, señora Torres -contestó la llamada sin siquiera demorar, por lo que ella fue directo al grano tan

pronto como le respondió.

– Mario! ¿Te puedo molestar con algo? Érica está muy borracha en una taberna; por favor, tráela a

casa por mi.

-Qué? ¿La señorita Érica está ebria en una taberna? Eso no es seguro para ella! – Mario se preocupó

al instante por la mujer.

-iExacto! ¡Ella me preocupa! ¿Te molestaría ir a recogerla?

-No hay ningún problema. -Luego preguntó el hombre-: ¿En cuál taberna está?

-Te mandaré la ubicación, me la acaba de mandar su amiga.

– Bien. Usted puede estar más tranquila, yo llevaré a la señorita Érica a casa.

-De acuerdo, igracias! -Luego Noemi colgó la llamada. Mario recibió un mensaje de texto que

mostraba la ubicación de la taberna después de un rato y se apresuró en llegar a ese establecimiento.

Érica estaba sentada en su auto afuera de la taberna y escuchaba a su madre hablar por teléfono; no

estaba nada contenta con los planes que le había organizado para ella.

-Mamá, een verdad es necesario que seduzca a Mario? ¡Él ni siquiera está a mi nivel!

-Érica, escúchame bien. Tú debes arrebatarle a Mario a Anastasia; de lo contario, ni tú ni yo seremos

tan siquiera parte de la empresa de tu padre.