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¿Tuvimos un hijo

Capítulo 363
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Capitulo 363

Escuche que los Palomares han intentado recompensar el noble sacrifico de su madre en todos estos

años. Estoy seguro de que la señora Palomares se arrepintió mucho de haber amenazado al alcalde;

si ella no hubiera hecho eso, su madre hubiera sido perdonada. La vida del joven valia mucho más

que el oro, pero eso no significaba que a su madre merecia que le quitaran la suya: por desgracia,

este mundo nunca sera justo. Los ricos siempre encuentran su manera de burlar a

nas normales como su madre nada más podían rendirse ante el destino.

Anastasia queria que Raúl se callara para que dejara de hablar de todo eso, pues no queria saber en

lo absoluto de ellos; sin embargo, Raúl era un hombre retorcido que pensaba que sus gloriosas

hazañas demandaban una audiencia y Anastasia sabía escuchar de forma excelente. Más aún, el lado

sádico de el nunca le permitiría desaprovechar la oportunidad de torturar a alguien; era obvio que ver a

Anastasia incomodada y angustiada le traia una satisfacción tan grande que habia olvidado como se

sentia.

Si yo fuera su madre, odiaría haber dado a luz a una hija ingrata y traidora como usted. Puede tener al

hombre que desea, pero usted eligió amar al joven Elias, iquien está vivo porque su madre murió de

manera tan espantosa!

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-Detente! Callate!-, fue lo que le quiso gritar Anastasia, pues sabía las intenciones que tenía Raúl:

queria que ella odiara a los Palomares.

-Jefe, nos estamos quedando sin tiempo. Hay que matarla de una vez – habló uno de los

subordinados de Raúl.

-Lo siento, señorita Torres, pero supongo que compartirá la misma desgracia que su madre y tendrá

que morir en mis manos. No se preocupe, ise reunirá con ella muy pronto! -se carcajeó Raúl, a lo que

Anastasia se llenó de miedo y coraje, como un coctel potente, al darse cuenta de que él queria

matarla, aunque no sabía por qué.

¿Qué bien le hará mi muerte a él? ¿Es esta la manera que tiene de vengarse de los Palomares y

desafiarlos? ¿O esto tiene que ver con mi relación con Elías? ¿Quiere matarme para poder romper el

corazón de Elias y destruirlo de manera emocional?».

Mientras todo eso pasaba, media docena de vehículos tripulados por los guardaespaldas iban a toda

velocidad hacia la ubicación, manejando por los terrenos lodosos y montañosos y aparecían como si

fueran unos espíritus malignos. El secuaz de Raúl, quien estaba estacionado afuera de la casa

abandonada como el vigilante, no pudo responder a tiempo, así que lanzó un grito.

– Jefe!

No obstante, cuando el auto que estaba liderando condujo hacia enfrente e intento noquearlo, este

logró evitarlo y cayó en el desagüe que estaba a un lado de la casa; un segundo después, se escuchó

un disparo fuerte y lleno de aire, mientras que el auto se aproximaba a llegar al frente de la casa,

causando que la pared entera se viniera abajo. El hombre en el asiento del conductor de inmediato se

encontró con una escena que le hizo hervir la sangre. pues Anastasia estaba hecha bolita en el suelo

con un saco de tela en la cabeza y con las muñecas atadas. Al ver el auto y la pared caida, Raúl se

sobresaltó del asombro, pues sabia que Elias había mandado gente para

seguirlo, pero no penso que llegarían tan pronto. A la velocidad de la luz, agarró a Anastasia y la

levantó del piso, presionando su cuello con una navaja.

– Mi querido sobrino, ime viniste a visitar?

Déjala ir-grito Elias con el coraje de una criatura diabólica, su mirada color obsidiana y amotinada.

-iPf, pf! En verdad amas tanto a esta mujer? Te has vuelto suave, Elias. No crei que los Palomares

fueran capaces de producir romance como tú. Ahi va el honor de la familia -se burló Raúl

despreocupado. Sin advertencia alguna, pasó la navaja por la piel alabastrina del cuello de Anastasia,

dibujando así una linea delgada de sangre.

-iDéjala ir, Raúl! -grito Elías, con la voz temblando de odio y pánico; por su parte, Raúl miró que la

situación se estaba dando a su favor.

-La dejaré ir, pero bajo la condición de que, de inmediato, me transfieras el cincuenta por ciento de las

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acciones del Corporativo Palomares a mí; de otra manera, si me hundo, me la llevaré conmigo.

Justo después, le quitó el saco de tela a Anastasia para revelar su expresión pálida y angustiada;

estaba amordazada para ahogar sus gritos, pero sus ojos se llenaron de lágrimas al observar al

hombre que estaba frente a ella: el hombre que haría cualquier cosa por salvarla.

– Bien. Te daré lo que quieras, pero déjala ir primero -anunció Elías asintiendo la cabeza con firmeza.

– Haz que me envíen una copia del contrato y quiero que sea exigible de manera legal -demandó

Raúl, tomando la oportunidad de tener la porción de la compañía que le pertenecía por derecho.

Mientras tanto, Anastasia no estaba asustada de morir, incluso en ese momento; odia al asesino de su

madre con pasión y quería hacerlo pagar por la muerte de Amalia con sangre. No solo eso, sino que

no quería que Elías renunciara a la posesión del Corporativo Palomares para dársela a este diablo y

nada más para salvarla. Como tal, ella miró de forma implacable y sacudió la cabeza de manera leve

para indicarle que rechazara la oferta.

La dejaré ir hasta después de ver el contrato

respondió Raúl.

Con sus secuaces rodeándolo a él y Anastasia, no había manera de que los guardaespaldas

avanzaran para salvar a la rehén; lo peor de todo era que Raúl tenia una navaja presionada contra el

cuello de Anastasia y cualquier movimiento en dicha parte podría significar una muerte segura en sus

manos.