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Capítulo 447

Rufino llamó a Lorenzo mientras este estaba en su casa, cuidando de su abuelo.

Después de haber pasado por esa situación difícil, el anciano parecía haber perdido toda su energia vital. Se levantaba por las mañanas sin ánimo, sin ganas de comer nada.

Lorenzo preocupado, había corrido desde la oficina para verlo.

“No te preocupes por mi, hijo. Anda, ve y ocupate de tus cosas.”

Manuel estaba sentado en una hamaca, tomando el sol con los ojos cerrados, hasta para hablar le faltaba fuerza.

Lorenzo quería llevarlo al hospital, pero el abuelo se negaba.

“No es nada serio, solo estoy cansado. Con un poco de descanso estaré bien. No hay que complicarse.”

Lorenzo no insistió más.

Que Amanda hubiera vuelto debía ser motivo de alegría, pero ese infode paternidad cayó como una losa sobre el abuelo, el último golpe para él.

Al final, todo se reducía a la actitud de Fabiana, todos los sueños que tenían sobre Amanda se habían esfumado.

“¿Y qué pasa con el proyecto? ¿Sigue en pie?“, preguntó Manuel con voz débil. “Hay que empezar cuanto antes. No sé si este viejo cuerpo mío aguantará para verlo terminado.”

“¿Qué dice, abuelo?” Lorenzo no pudo evitar regañarlo suavemente. “Claro que estará aquí para verlo.”

Manuel no respondió, solo abrió lentamente los ojos y observó a Elisa en el jardín, que parecía una joven recortando flores.

Lorenzo también miró a Elisa. Aunque la abuela ya no recordaba personas ni cosas, parecía estar más saludable que Manuel, así que no se preocupaba tanto por ella.

Pero sí estaba preocupado por Manuel.

Su mirada ansiosa volvió hacia el abuelo.

Manuel había vuelto a cerrar los ojos, como si estuviera muy cansado, solo quería seguir descansando.

Sin querer molestarlo, Lorenzo le ajustó la manta con cuidado y volvió al estupara llamar al encargado del proyecto y preguntarle cómo iba todo.

Aunque Lorenzo estaba a cargo del proyecto, tenía que cuidar de toda la empresa y con todo el lío de Fabiana, estaba un poco desanimado y había dejado el proyecto de lado por un tiempo.

“El Sr. Ferrer dice que si el proyecto va a seguir adelante, tiene que ser con el equipo de construcción del Grupo Esencia para garantizar la calidad de la obra.“,

El encargado del proyecto informó diligentemente por teléfono luego, con algo de duda, agregó: “Pero el Sr. Ferrer insiste en que usted debe encargarse personalmente. No confía en nadie más.”

“Está bien, ya lo sé.”

Lorenzo colgó, se masajeó la frente y tras un largo silencio, se levantó y se puso la chaqueta.

Al bajar las escaleras se encontró con Fabiana, que acababa de entrar.

“¿No tenías que trabajar?“, preguntó fríamente, todavía molesto por los eventos recientes.

Fabiana entendía el sentimiento de todos y no se atrevía a replicar, solo contestó con un susurro: “No me sentía bien,

pedí permiso.”

Lorenzo simplemente gruñó en respuesta: “Que descanses.”

Dicho eso, pasó junto a ella y salió de la casa.

Fabiana no pudo ocultar su decepción. Comparado con el cariño que recibía de la familia antes, ahora se sentía en el

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Capitulo 447

fondo de un pozo. La diferencia era del cielo a la tierra, tan grande que se notaba en su ánimo, pero en su situación actual, no se atrevía a decir más y regresó a su habitación sola y desanimada.

Lorenzo manejó directo a la compañía Dorian, decidido a hablar sobre la contratación del equipo de construcción para el proyecto.

Estaba dispuesto a aceptar todas las condiciones de Dorian con tal de iniciar la construcción.

De hecho, estaba más tranquilo con el equipo del Grupo Esencia, sabiendo de la calidad y la reputación de su trabajo. Lo único que le molestaba era tener que encargarse personalmente, pero no era momento de quejarse.

Cuando llegó al Grupo Esencia, Dorian no lo recibió; le dijo que coordinara todo con Yael.

Lorenzo y Yael estuvieron toda la tarde en la sala de conferencias, dialogando sin parar, hasta llamaron al jefe del equipo de construcción para unirse a la charla. Finalmente, lograron esbozar un plan de cooperación con sus detalles correspondientes, pero como el proceso de construcción también requería de la intervención de la diseñadora, aún tenían pendiente una conversación con Amelia.

Después de terminar su reunión con Yael, Lorenzo se dirigió al piso diecisiete. Apenas había cruzado la puerta de la empresa cuando se topó con Amelia, que salía del lugar.

Ella le echó una mirada y sin saludar, pasó por su lado sin más.

“Señorita Amelia.”

Lorenzo se obligado a llamarla, pero a diferencia de las veces anteriores, cuando se comportaba de manera altiva, esta vez se mostró mucho más humilde y amable. “El proyecto de la hacienda empieza en unos días y ya decidimos que el equipo de construcción del Grupo Esencia se encargará del trabajo. El equipo de construcción quisiera comunicarse más a fondo con la diseñadora. ¿Cuándo tendrías tiempo para hablar con ellos?”

Amelia se giró para mirarlo: “Lo siento señor Lorenzo, accedí a seguir con el diseño porque sentí pena por su abuela, pero realmente no quiero seguir involucrada en este proyecto. No debería haber problemas de construcción, los planos están claros y el equipo de construcción tiene la capacidad para llevar a cabo la obra, no necesitan que yo esté presente.”

Después de decir eso, le hizo un leve asentimiento con la cabeza a modo de despedida y continuó su camino.

Lorenzo no pudo detenerla, ya era bastante que ella accediera a proporcionar los planos del diseño. No tuvo más remeque verla alejarse.